- COMPROMISO -

No estaba segura de estar correctamente vestida para la ocasión, por que después de todo, era la primer fiesta de compromiso a la que asistía y siendo la fiesta de su mejor amiga, preferiría haber tenido mucho más tiempo para prepararse. Le ayudó, por supuesto, que Bryan hubiera estado con la disposición de verla probarse un millón de vestidos (no tantos) en la tienda para finalmente escoger uno sobrio y bonito, lo suficiente como para lucir especialmente linda, pero no opacar a los festejados.

Así que, había entrado con un sencillo vestido beige, el cabello suelto y lacio como siempre, solo que con las puntas ligeramente onduladas gracias a un conjuro. Del brazo de Bryan Carter las cosas siempre parecían ligeramente mejores y más bonitas, así que no recordó que tenía una misión importante hasta que escuchó a la señora Hoppelblant hablando respecto a que no sabía donde estaba Harleen.

Suspiró entonces, tenía que encontrarla por que a fin de cuentas a eso había llegado, a darle ánimos y a evitar que cometiera tonterías (ya fuera casarse o huir sin razón aparente).

- Mmm creo que deberíamos buscar a Harleen, ya sabes, estaba algo nerviosa y eso – le dijo al oído a su novio, para que casi de inmediato ambos se pusieran en marcha para dar con la castaña. No se alejaron mucho uno del otro, pero si se dividieron entre la gente que los rodeaba. Finalmente, Selene recordó que había una habitación no muy lejana donde la slytherin se sentía tranquila y relajada, un estudio que la familia casi no utilizaba y estaba justo detrás del pasillo en la segunda columna, así que dirigió sus paso hacia allá al tiempo que le hacía señas a Carter para que supiera a donde iba. Tocó la puerta un par de veces antes de abrirla y, como se lo imaginaba, allí estaba su amiga – ¿Harleen? ¿Estas… bien? –

Le pregunto por lo bajo. Selene había cumplido su parte del trato, ella había practicado una y otra vez la maldición Imperius para lanzarla al primer tono de titubeo por parte del prometido, pero primero tenían que llegar al meollo del asunto ¿no?

Era tonto.
Demasiado para su edad y aun así no lo evito.

Esa mañana se había estado arreglando como si fuese a tener la cita deseada. Un bonito conjunto de lencería negra de encaje, negra la ropa interior ya que su madre prohibió por completo ese color en su ropa, al menos si el vestido era negro en su totalidad. Era solo por molestar, decir que estaba de luto cuando no era así, solo quería incomodar un poco.
El vestido fue electo con sumo cuidado por la rumana, sobrio para dar a entender que era seria, sencillo porque las cosas voluminosas solo eran para presumir u ostentar lo que no se tenía, ajustado para remarcar que dejo de ser una niña, era una mujer.

Blanco y negro, así era la vida y así era ella, era uno u otro. A veces la vida otorgaba escasas terceras opciones en esos casos Harleen se daba gusto al elegir.
Sin embargo al estar lista para el evento ver su reflejo satisfecho con el resultado la desnivelo. Quería salir corriendo y volver solo hasta que toda esa farsa hubiese terminado, sin siquiera pensarlo echó a correr, derribo a un par de sirvientes en el camino y llego al único sitio en su casa donde se sentía a salvo. El estudio antiguo de su padre. Se refugió ahí por quien sabe cuánto tiempo, sentada en el gran sillón de piel de dragón, recargada en ese enorme respaldo contemplando la luz que se desvanecía en la ventana, solo quería tranquilidad. Aunque fuera una última vez.

Por lo que al escuchar que llamaban no respondió y no le sorprendió la voz de Selene, se giró a mirarla cuando le pregunto aquello y asintió con una sonrisa débil.
Estoy bien, necesitaba un momento conmigo ¿mamá se ha puesto muy histérica?

Ojala la respuesta fuese no, no quería más gritos en su cabeza, le bastaban los propios.
Ella pensaba en que podría rechazar al individuo que fue elegido para su esposo pero de última instancia había pensado más cosas ¿y si era él quien la rechazaba? ¿Y si él tenía una amada ya? Hubo tantos “y si” en su mente que le volvieron loca por unas horas.
Me alegra que estés aquí ¿puedes creer que estoy nerviosa?
Sonrió genuinamente, estar nerviosa era algo que acostumbraba muy poco.

Le sonrió de inmediato tras su confirmación de bienestar, luego negó con la cabeza.

- Seguro una parte de si misma entiende que esto sea muy difícil para ti, solo estaba preocupada por no saber donde estabas – Entonces se permitió pasar y contemplar a su amiga – No deberías estarlo, te ves muy hermosa –

Le ayudó entonces a acomodar un mechoncito de cabello que había quedado suelto, para que luciera más que perfecta. Le gustaba estar allí para ella, por que aunque a veces no lo pareciera, Harleen Hoppelblant era más importante incluso que sus propias hermanas. Ella la había apoyado en incontables ocasiones y esto, estar allí para darle ánimos, era lo menos que la rubia podía hacer.

- Estoy segura que todo resultará lo mejor posible, pero en caso contrario, te puedo asegurar que he practicado mucho la maldición Imperius en caso de necesitarla – le sonrió tranquilizadoramente – Y Bryan viene con un traslador preparado para llevarte directamente a su casa en Estados Unidos si así lo deseas –

Por que, si, su novio y su mejor amiga en realidad no se llevaban nada bien, pero ambos sabían hacer las pases cuando se trataba de Selene. Eso y que además el ex gryffindor comprendia del todo el miedo a una pareja extraña y de alguna forma quería ayudar a la rumana. La Slytherin se quedo allí, parada al lado de su ex compañera de casa sonriéndole, como si eso pudiera infundirle algún tipo de valor.

- ¿Aun no te han dicho quien es? ¿Solo va a llegar aquí y te lo anunciarán frente a todos? que si bien no era la reunión más grande de todas, si había allí un par de personas influyentes y bastantes reporteros mágicos… vamos, que la señora Hoppelblant se beneficiaría muchísimo de esa boda ¿o no?

Gracias

Dijo sincera, poniéndose en pie escuchando todo lo que decía la rubia de tener todo listo para el escape, incluso logro que Carter se inmiscuyera en ello, palmeo el brazo de Selene y la abrazo justo después. Era justo lo que necesitaba para tomar valor, saber que si ella decidía perderse todo por rechazar a su prometido tenía el apoyo de ella para continuar lejos de cualquier cosa forzada.

Bufo tras la última pregunta rodando la vista, lo sabía, ahora al menos sabia a qué familia iba a ser la que uniera filas con los Hoppelblant.

Ya lo sé, mi padre me lo ha dicho esta mañana para que no fuera a poner cara de sorpresa o reproche en plena celebración Camino frente al escritorio como félido enjaulado Es uno de los gemelos Hiedler, papá dijo que era necesario y bueno, tanto para ellos como para nosotros

Pero eso no apartaba los nervios y demás, ¿Seria Aloisyus? ¿O Alphonse? No se llevaba especialmente bien con ninguno, con Alois porque este no se dejaba tratar como un ente separado de su hermano, y con Alphonse precisamente por ser un dictador con todo mundo, como si fuera mejor que todos a su alrededor.

Así que mi lista se redujo a dos nombres Al menos sabía que podía tolerar a uno de esos dos, podrían llegar a un acuerdo para que el matrimonio funcionase. Vamos Selene, no tardan en llegar. Jugaremos al quien es quien con los gemelos Hiedler… A ver qué tanta suerte tengo Le guiñó cómplice.

Había llegado al lugar por invitación de sus padres y su hermano, mas bien orden de este ultimo , en donde si algo salia mal o la susodicha prometida quería darle un golpe o lanzarle un hechizo, seria bueno que estuviera yo, por que por supuesto que Alphonse no recibiría ese tipo de tratos, aunque claro a la voz de todos seria el, y no yo.

Ya sabia perfectamente por que debía estar allí, iban a anunciar el compromiso de su hermano menor, con la primogénita de los Hoppelblant al ser el que había sugerido el compromiso por supuesto que debía estar alli, de hecho jamas pensé que mis padres fueran a hacerme caso, por supuesto que yo era el mas adecuado, sin embargo logre hacer que ellos escogieran a Alphonse sobre de mi ¿por que? Pues por que yo no era bueno con las mujeres, ademas les había dicho que yo era mucho mejor para llevar la compañía y que de ser necesario yo me centraría en ella, pero que necesitábamos lazos fuertes para poder llevar la compañía a otros lugares, para expandirla, era una fortuna que Alphonse jamas lo sabría pues obviamente mis razones no eran esas.

Suspire antes de entrar por supuesto debía esperar a mi acompañante femenina, aquella que me había rogado por llevarla, es decir no me llevaba , ni bien ni mal con Kali Rosenberg, pero por alguna extraña razón ella quería estar allí, pense que estaría bien que la llevara Alphonse pero ella me había dicho que no, era necesario que yo dijera que la había invitado para no verme como un fracasado ante la sociedad...y al ser la única chica que podría acompañarme, fue algo que no entendí muy bien pero al final accedí a llevarla.

Llego y por fin entramos, yo iba con un traje que la misma chica me había escogido al igual que el peinado los zapatos y la loción, era un perdida de tiempo pero me había prometido que después de esto no iba a pedirme otro favor...realmente lo esperaba por que era muy problemático.

Al parecer era el primero en llegar pues no veía a mi hermano por ninguna parte, solo esperaba que llegara a tiempo, no esperaba que faltara pues como sea siempre le gustaba cumplir pues la familia era muy importante.

Por supuesto que Alphonse no me había dicho nada al respecto, el que me dijo todo fue Alois, era una fortuna que su hermano fuera tan inútil como para no saber lo que era un secreto, aunque claro suponía que aquel compromiso no seria un gran secreto pues toda la prensa estaba hablando de esto y por supuesto que ya había descubierto quien era la prometida de mi Alphonse solo esperaba que el chico no se molestara por verme ahí, no era que lo estuviera acosando simplemente tenia curiosidad.

No iba en modo de guerra, yo ni siquiera me llevaba bien con la chica y me parecía una completa estúpida es decir ¿quien le habla a cualquier liberal así como así? Por supuesto que sabia de aquellas desventuras de la Ex- Slytherin sabia que ella no era nadie para estar con mi querido Alphonse ¿en que diablos pensaban sus padres?  Para su fortuna únicamente iba a explorar el terreno, ver por que era necesario que Alphonse formara parte de su familia y de no ser importante por supuesto que intentaría eliminarla con ayuda de Alphonse o sin ella.

Iba muy formal con un vestido elegante en tono oscuro nada que la hiciera ver inadecuada, al contrario, me veía muy hermosa pero sin caer en lo vulgar, iba con el cabello recogido y con el fleco de lado, un perfume de lirios y zapatillas del mismo tono que el vestido, tampoco iba muy maquillada, llevaba únicamente delineador y rimel y un gloss en los labios, pensaba que así me vería mucho mas linda, y la idea era pasar desapercibida, y junto a un compañero como Aloysius yo sabia que era muy probable .

-Muchas gracias por la espera creo que ya es momento de entrar amigo – le dije a Alois con una sonrisa en los labios , yo sabia que no entendería mis razones del porque le suplique el acompañarle y el tampoco me había preguntado, era lo que me encantaba del chico, de hecho bien podría suplicarle que me ayudara y seguramente lo haría aunque claro seria muy cruel de mi parte, sabia que él no era retrasado, pero actuaba muy bien

No se lo esperaba, que la abrazara así despertó muchos sentimientos en la joven francesa; sobra decir que le correspondió el abrazo y al terminar le dedico una de sus sonrisas más sinceras de las que era capas. Luego se cercioró de que no le faltara absolutamente nada a la castaña, revisando por si dejaba su bolso o alguna estola o algo. No pudo evitar voltear a ver su vestido, que en efecto era una exquisitez, para inmediatamente quedarse con la boca abierta ¿Había dicho Hiedler?

- ¿Qué? ¿Uno de los Hiedler? – Selene los conocía, a los dos casi por igual. Uno le caía extremadamente bien, incluso eran compinches en ciertas travesuras y a veces lo dejaba pasar a la sala común con sus conquistas… El otro le era casi indiferente, demasiado extraño para si quiera intentar entablar conversación con él y con tan poco carácter que ni si quiera le parecía lógico relacionarse con una persona así. De cualquier forma, ninguno de los dos se le hacían suficiente para su amiga: Alphonse con su delirio de conquistador, llevándose a la cama a una chica diferente cada semana. Alois, un cero a la izquierda que ni si quiera tenía personalidad alguna – ¿Y de verdad quieres jugar a saber cual de los dos es? – Ninguno te merece… pensó, pero prefirió quedarse callada – Además, siempre he sido pésima diferenciándolos… -Dijo saliendo tras ella.

El salón principal ya estaba bastante lleno. No tardo en divisar a Bryan entre la creciente ‘multitud’ y le hizo señas para que se les acercara, por supuesto que no iba a dejar sola a Harleen hasta que esta última le diera alguna señal o algo. Tan pronto como su novio estuvo a su lado, lo tomó por el brazo y se permitió entonces voltear a todos lados buscando a los susodichos gemelos. No tardo en encontrarlos, uno a cada lado del salón hablando con diferentes personas, ambos demasiado bien vestidos, sin poder diferenciar por la ropa cual era el festejado de la ocasión. Sin embargo se percató de un pequeño detalle, uno de ellos iba acompañado ni más ni menos que de Kali Rosenberg… seguramente sería Alphonse, pues se sabía que ambos compartían cama desde algunos años antes… Así que, por deducción lógica…

- Creo que el elegido es Alois – le dijo a Harleen, señalando al Hiedler que estaba francamente incómodo siendo atosigado por algunos reporteros. Si, parecía lógico, después de todo él era el gemelo menos sociable de los dos y se encontraba incómodo en la presencia de cualquiera – Al parecer Alphonse trajo a su cita… –

Y era todo lo que iba a decir, claro que seguía preparada para cualquier incidente, varita a la mano y todo. Esperaba que Bryan también tuviera su traslador cerca, solo por si a caso.

Esta era la gran noche. Para mí, para mi familia, para Harleen Hoppelblant y para la familia Hoppelblant, entonces ¿por qué no se sentía tan importante? Respiré hondo, claro que estaba preparado para esto, llevaba dos semanas sabiéndolo todo, tuve mi tiempo incluso para despedirme apropiadamente de cada una de mis conquistas, incluyendo a Kali Rosenberg y a Aelene Segre, que eran las más formales de todas. Tuve tiempo de terminar asuntos pendientes, incluso por fin atreverme a hacer cosas que nunca pensé hacer antes de comprometerme de una vez y para siempre con alguien. Por que a fin de cuentas, un compromiso, por más forzoso que sea, debe respetarse y si es la mujer con la que estaré casado toda la vida, voy a respetarla desde este momento.

Así de importante es para mí la familia.

Debo decir que la mansión de los Hoppelblant no me causo una impresión demasiado grande, estaba bien y realmente me gustó la decoración, pero sigo sin entender por qué mis padres consintieron a revelar por fin el compromiso aquí y no en nuestra propia mansión. En fin, suspiré resignado. Supuse que la señora Hoppelblant (o mi futura suegra) era quien había insistido, después de todo parecía que era ella quien mejor se la estaba pasando. De hecho, el señor Hoppelblant estaba en un rincón de la sala con cara de pocos amigos y una copa en la mano… y a Harleen ni si quiera había podido verla ¿se habría arrepentido? Es decir, tenía derecho a hacerlo ¿no?

Me acerco a tomar una de las copas que hay sobre la mesa, una de esas ventajas de por fin ser mayor de edad, la gente ya no me miraba raro cuando se me apetecía beber en público. Es entonces que un par de reporteros del diario El Profeta se me acercan y empiezan a hacer un sinfín de preguntas, que si conozco a los futuros esposos, que si sé con quien van a comprometer a Harleen Hoppelblant y que cuales son mis metas a futuro en el ministerio. Por supuesto, esto es justamente lo que me encanta, así que empiezo respondiéndoles de buena gana respecto a mis metas, el puesto que ocupo en el departamento Internacional dentro del Ministerio y les digo un par de anécdotas.

Y justo allí es cuando los veo entrar por la puerta, mi estúpido gemelo que lleva del brazo ni más ni menos que a Kali Rosenberg… ¿En qué carajos estaría pensando ese imbécil? Mi rostro se descompone en el acto y de pronto ya no me dan ganas de seguir hablando con los reporteros. Que parecen ya no tener tanto interés en mi una vez que Harleen Hoppelblant por fin hace acto de presencia.

Doy otro trago a mi copa de licor, al parecer la noche realmente no pinta tan prometedora como esperaba.

Su cara se contorsiono al escuchar a su amiga decir que el afortunado era Alois, de algún modo espero que por lo menos eligieran al que sabía vestirse sin ayuda de su hermano. Aunque no debía ser cruel, conocía al muchacho un poco, había compartido unos pocos momentos con él pero no íntimos ni mucho menos.
Eso deja claro quién es mi prometido… Creo que ellos querían dejarlo claro desde el inicio

Lo que era una lástima sin embargo al mal paso darle prisa, los reporteros giraron en redondo dejando libre al Hiedler solitario, Harleen ponía su mejor sonrisa, esa que su madre le enseño para las revistas. Cuando era pequeña solía desfilar por las sesiones fotográficas como la niña de las flores o la futura novia, la clásica pequeña enamorada del amor. Si la gente supiera que esto era tan falso como sus sueños de boda probablemente se decepcionarían.

¿Señorita Hoppelblant finalmente podremos saber de su misterioso prometido?

Si, pero aún tienen que esperar un poco
Les guiño mientras educadamente se apartaba con Selene y Bryan. Cruzó miradas con ambos Hiedler por un pequeño espacio, si lo que Selene decía era cierto, y no tenía razones para dudarlo, Alphonse había venido con toda intención de dejar en claro que él no sería despojado de su estilo de vida aun. No era grosero si era así, pero entonces quedaba ese sentimiento de tener que llegar a un acuerdo con Alois…

Pensé que mamá había invitado a los Rosenberg… Es decir el señor Behemont es conocido cercano de papá
Tal vez su padre no tenía ánimos de esto, se disculpó con Selene y fue donde él, estaba en una esquina como si lo hubiesen castigado, sonrió tierna para él frotando su brazo para confortarlo un poco.
Papá quita esa mueca parece que estas en un funeral
Negó sonriendo y el tomo de la mano para darle un buen vistazo, torció el gesto y se quedó en silencio más tiempo del que la castaña pensó prudente.

Es un idiota si no ve que nosotros perdemos con esta alianza, estas hermosa
Negó ahora ella y sonriendo se alejó antes que su padre la hiciera dudar de estar ahí, saludo a muchos invitados, dio pequeñas palabras a los reporteros y los dirigía con su madre, ella si estaba dispuesta a responder todo sin develar el gran misterio, se acercó entonces al Hiedler solo.

Bien así que eras tú Dice mirándole bien Los negocios funcionaran de eso no cabe duda pero hay otros negocios de los que me gustaría charlar contigo cuando todo este circo acabe
No era una petición, era una cita, punto. Quería ir clara desde el inicio, ella no podía beber aun pero le sorprendió ver que Alois si, algún reportero pidió una foto como con otros invitados y Harleen no se negó, se colgó del hombro del Hiedler y poso sonriente.

Los invito a todos al jardín, la cena será afuera
Esa era su madre, Harleen ubico a Selene y se lanzó tras ella para cotillear un poco, Helen tenía todo planeado, que Hiedler pidiese su mano justo frente a todos antes de que la cena fuera servida, había preparado cada mínimo detalle, el sitio sería una banca que a simple vista se veía más común que el resto del jardín, pero tenía varios hechizos listos para aflorar apenas ella aceptara, se suponía que el susodicho lo sabía y era hora del show.

Por supuesto que estoy consciente del papel que tengo dentro de todo esto y que a fin de cuentas la fiesta y todos los invitados no son otra cosa más que circo y teatro. El compromiso es un mero arreglo entre ambas familias para unir lazos, para que la sangre no se pierda y para que los negocios de los adultos prosperen. Mi padre lo entiende y por lo que se ve, el señor Hoppelblant también lo hace, pero algo debe funcionar diferente con la cabeza de las mujeres, quienes parece que se la están pasando de lo lindo. Solo basta ver como Madre se pavonea entre todo el montón de invitados agradeciéndoles por la asistencia y la cantidad de reporteros que la señora Hoppelblant ha invitado.

De pronto me siento asqueado, algo que de ninguna forma quiero relacionar al hecho de que precisamente la pareja que a mi hermano se le ha ocurrido traer sea Kali Rosenberg. Aunque, dudo mucho que el de la idea haya sido precisamente Alois, pero prefiero dejar de pensar en el tema, antes de que mis ganas por ir a sacudir violentamente a la castaña de ojos azules sean tan grandes que me obliguen a hacerlo. Es justo entonces cuando la voz de mi prometida se escucha a mis espaldas, me ha pillado viendo a mi hermano y su pareja, espero que no le molestara.

- Harleen – digo alzando mi copa de licor y dándole otro trago, sin decir otra cosa, pues el tono con que me ha dirijido las primeras palabras no me ha parecido del todo amable. Claro, quizá soy yo y esta situación que esta fuera de mi control con el estúpido de mi hermano, pero solo por si las dudas, prefiero guardar silencio y mirarla fijamente. Una mueca de curiosidad de dibuja en mi rostro, aunque sigo sin decirle nada y me limito a asentir una sola vez antes de verla desaparecer entre los invitados.

Vaya, vaya, negocios y más negocios. Al menos no parece querer echarse para atrás, lo cual es ya un gran avance. Termino mi bebida al tercer trago y ya siento que me hace falta otra, quizá solo se deba a los nervios por mi papel a desempeñar esta noche. Y como si el tiempo me traicionara, más pronto de lo que esperaba, la señora Helen Hoppelblant anuncia el inicio de la cena en el jardín. Maldigo para mis adentros.

Los sigo a todos, claro, aunque me tomo mi tiempo recorriendo las mesas y deteniéndome a contemplar la comida. Pero ninguna prorroga puede durar para siempre, así que en lo que parece un parpadeo me encuentro de pie, al frente de todas las personas. Los comensales están ansiosos, el espectáculo esta por empezar y sinceramente, mis nervios están a tope.

Le sonrió a Harleen cuando le hizo la aclaración respecto a los Rosenberg, aunque no veía por allí al señor Behemoth, así que dudaba que el señor Hoppelblant los hubiera invitado. Como fuera, no quiso hacer comentarios al respecto y prefirió quedarse callada. Luego despidió a su amiga con un movimiento de muñeca y suspiró pesadamente, volteando a ver a su novio.

- Pobre Harleen, debe ser horrible estar en esta situación – le dijo casi en un susurro, lo más cerca de su oído que pudo. Ella misma estuvo a punto de pasar por lo mismo ¿lo sabría Bryan? Esperaba que no, después de todo hacía años que había logrado escapar del compromiso y era mejor así – Yo no sabría qué hacer en ese caso, si me obligaran a casarme con alguien como Alois… o con un desconocido, no sé, estaría muerta de miedo – dijo finalmente sincerándose.

Por que sí, Selene era una de los Mortifagos más jóvenes de todos, pero también seguía sintiéndose como una cría inexperta, en especial en el sentido amoroso. Tomó más fuerte el brazo de Bryan y se acostó en su hombro, hundiendo la cara para consolarse un poco. Algo que funcionó mejor cuando el ex gryffindor le paso el brazo por los hombros y la abrazó con fuerza.

- Es una suerte que este aquí, para evitarte el momento incómodo al darte cuenta que yo pedí tu mano – respondió él, con esa forma tan suya, entre coqueta, galante y poco ortodoxa. Si, justo esa que a Selene la volvía loca. La francesa no pudo evitar sonreír y dejar que toda esa incomodidad se le fuera pasando, luego un par de conocidos se les acercaron y no tuvieron remedio más que quedarse a platicar con ellos.

Pero la rubia nunca perdió de vista a su amiga castaña, que resaltaba entre todos los allí reunidos. Y estaba casi segura de que, efectivamente tenía razón y su prometido entre los Hiedler era nada más y nada menos que el mismo Alois, por que ni si quiera pareció notar cuando la Rumana se le acercó a hablar. Ahora justamente se preguntaba ¿cómo lo harían? ¿Las familias se pararían de sus lugares y llamarían a un brindis? ¿Los adultos llevarían la batuta dentro de todo esto? ¿O dejarían a los jóvenes hacerse cargo de sus propias vidas por una vez? Volvió a suspirar, pero siguió aferrada al brazo de Carter.


Incluso se vio forzada a guiarlo hasta el jardín, cuando la señora Hoppelblant anunció que la cena se serviría pronto.

- Vamos, joven apuesto, allá va Harleen y debemos permanecer lo más cerca a ella que podamos ¿vale?... Por cierto ¿ya te di las gracias por hacer estas cosas por mis amigos y por mi? Por que, bueno, te las mereces – y entonces se paro de puntitas y le dio un corto y casto beso en los labios.

Ni siquiera me di cuenta de que personas estaban a mi alrededor, de hecho odiaba estar rodeado de gente, era algo molesto aunque claro para mi era como estar en las sombras ¿por que? Pues gracias a mi intelecto podia mantener mi mente ocupada sin necesidad de hablar con alguien, es decir todos creian muchas veces que hablaba solo pero en realidad estaba analizando o quizá resolviendo un acertijo en mi mente, cosa que iba a pasar de nuevo pues últimamente había un enigma que resolver en un caso, algo que solo yo podría resolver, la muerte de unos magos que en Italia que había sido encubierto pro el gobierno mágico, ¿pro que? Por que estaban matando magos de sangre pura que específicamente habían estado en una lista y se les conocía por mortifagos.

Aunque claro, Kali era demasiado molesta y solo estaba pegada a mi como un dulce pegajoso y solo preguntaba cosas sin sentido, ninguna de esas preguntas fue resueltas ¿cuando entendería que todo aquello era poco importante para mi? ¿Y que si estaba con ella era por que ella misma lo había pedido?

-No se....en donde se encuentra mi hermano...ha mira esta allá- le dije señalandole con la barbilla y la mirada, estaba hablando con su prometida por unos escasos minutos y después se separaron, justo después la señora Hoppelblant anunciaba que todos estuviéramos listos en los jardines, sus padres les habían explicado el proceso a seguir y el estaba cuando le dieron las instrucciones especificas a su hermano para que el compromiso fuera totalmente aceptable, aun no entendía por que las personas se emocionaban con ese tipo de cosas pero vaya...el tenia un acertijo que resolver por lo que esperaba que todo eso fuera rápido y que no le quitaran su tiempo, pues debía irse en tan solo 2 horas hacia Italia.

A veces Alois era desesperante, ni siquiera estaba poniéndome atención, no tenia nada de atractivo, bueno si, únicamente el parecido que tenia con su hermano, aunque en una manera retorcida se me hacia tan dulce y tierno, ¿es decir imaginas tener a un hombre tan guapo bajo tus ordenes todo el tiempo? Que hiciera lo que le pidieras cuando lo pidieras, esa era la manera de ser o lo que le había hecho Alphonse, por supuesto que yo sabia que Alois era muy enigmático y siempre quise conocerle mejor, pero el chico siempre era muy listo y nunca dejaba notar su verdadera naturaleza, es decir...

Es en ese momento que mis pensamientos fueron interrumpidos al ver a MI chico con esa mujer...¿me moleste? Por supuesto, es decir por su culpa Alphonse dejaría de tener una vida sexual conmigo, por que según el debía acatar las ordenes de sus padres y seguir el legado Hiedler , que joven acataba sin chistar las ordenes de su padre ¿que acaso estaba tan necesitado de amor o que diablos? Me tranquilice, estaba ahí también por representación a mi padre, así que algún numerito no es decir tambien sabia ser toda una dama...y justo caía en la cuenta que yo también era igual que Alphonse...pues tampoco desobedecía a mi padre...por que de ser él , el que me hubiera puesto en esa situación, también debería obedecerlo...sin objetar.

Bueno respire profundamente y decidí ir hacia el jardín, era momento de ver que pasaría, y si Alphonse no se arrepentiría, por supuesto que aun seguía pegada a su gemelo, sabría que por lo menos eso lo molestaría, algo que me gustaba ver en Alphonse, no iba a dejarlo ser feliz ni en sus momento mas íntimos eso se lo prometía por que a pesar de que lo amaba, también lo odiaba por no escogerme a mi por sobre ella, es decir yo lo conocía de casi toda la vida ¿que no era importante? Solo me quedaba esperar el espectáculo.

¿Y que si nadie sabía cuan truqueado estaba todo?
Su madre era feliz, su padre hablaba con la madre de los Hiedler, los gemelos estaban dispersos pero Harleen podía ver perfectamente que Alois continuaba solo, mientras Alph se pavoneaba por la fiesta del brazo de su amiguita. Al menos por lo que Selene dijo Harleen seguía en creencia de que Alois era su prometido. Por eso y por qué jamás había visto a ese chico con una mujer y no era posible que estuviera ahí con la que decían las malas lenguas era la compañera de cama del Hiedler.

El jardín se llenó con los invitados, todos criticando como lucia. Para la castaña estaba muy lindo, lámparas de aceite flotando más allá de las mesas, flores blancas adornando los vestidos y las muñecas de todas las mujeres que asistieron, también se colocaban en la solapa de algunos hombres. Era en cierto modo perfecto, las mesas y sillas estaban dispuestas de modo que no hubiera un indicio de la dirección a la que debían todos mirar, haciendo que la banca pasara desapercibida.

No creo que el chico venga a por ti… Tómalo de la mano, como si fueras a llevarlo a un sitio entre los invitados… Ahora
Helen empujo a Harleen quien asintió nerviosa, había llegado el momento. La castaña mira alrededor, nadie la observa en realidad, es como si por un minuto todo aquello no fuese para ella, pero lo es, y sabe que ese momento en que nadie le presta atención será el último en esa noche que será invisible.

Se para frente a Alphonse aun creyendo que es su hermano y sonríe como una tonta colegiala, como si mirarlo le acelerara el pulso y la pusiera tontita, era esa sonrisa que había visto a tantas chicas poner por ver a su novio, la misma que solía tener Selene desde que Bryan y ella estaban juntos, pero falsa.
Falsa como todas las felicitaciones recibidas esa noche, falsa como la banca tras ellos preparada para un acto de teatro, falso como las ganas del chico al que tomaba de la mano por estar ahí.

Ven… Encontré un sitio para nosotros
Mentira, pero mientras la decía escuchaba su corazón en la garganta, el silencio no se hizo pero el volumen de las voces bajo poco a poco, mas allá, donde los invitados no volteaban unas luciérnagas comenzaron a titilar moviéndose hacia ellos. Era el momento, él la pediría, se sentarían y la magia haría el resto. Tan falso como los cuentos para dormir.

Me habían comentado que mi nueva suegra tenía todo planeado, incluso un lugar específico para que la escena importante se llevara a cabo, pero jamás pensé que sería en un lugar tan cursi. Dirijo mis ojos hasta la dichosa banca que han preparado para la petición formal ante el público y no puedo evitar preguntarme si se trata de una broma ¿Será que forma parte de la fantasía de Harleen? Espero que no, me sería imposible adaptarme a alguien cuyo pensamiento es tan… cursi.

No tarda en aparecer frente a mi, con ese aire de completa fascinación que de inmediato me doy cuenta es falso. No puedo decir exactamente por qué lo sé, pero estoy seguro. Quizá se deba a que la sonrisa, aunque casi natural, se nota ligeramente forzada, o a que sus manos están frías o al ligero temblor que proviene de las mismas. No lo sé, pero encuentro cierta satisfacción en ello. No tardamos en cruzar el lugar para llegar hasta la dichosa banquita, claro que todos los ojos están puestos sobre nosotros ¿Cuántos de los invitados sabrán que esto está arreglado? ¿Cuántos sabrán que realmente ni nos llevamos bien? Una media sonrisa escapa de mis labios.

Puedo divisar a Alois y a Kali, la ultima con la mirada completamente fija en mi ¿Por qué ha venido? Me pregunto, solo se lastimará más con esto, hubiera sido mejor si dejaba el adiós que ya le he dado. Luego recorro el salón con la mirada y llama mi atención la presencia de un Gryffindor de mi generación y Selene Segre entre el público, no tan lejos de donde nos encontramos. Le hago un rápido saludo a la chica Slytherin que siempre me pareció demasiado mogigata como para intentar ligármela, pero lo suficientemente centrada como para caerme bien. Y finalmente dirijo mi mirada a la castaña que se encuentra justo frente a mi.

Permito que mis ojos la escrudiñen del todo, su maquillaje, sus ojos, su cabello, el vestido que ha elegido para la ocasión y esa sonrisa que aun se me figura demasiado falsa. Le sonrió con ese aire de galantería que siempre he mostrado con todas las chicas bonitas, por que si, Harleen Hoppelblant siempre me pareció una chica lo suficientemente guapa y bien centrada como para una relación formal, el problema siempre había sido ese maldito carácter de loca que se cargaba. Pero ahora sería diferente ¿no? Con este compromiso se sellaría un contrato entre los dos.

- ¿Estas lista para el espectáculo?- le digo guiñándole un ojo, luego tomo mi varita y lanzo un sonorus hasta mi garganta, para que mis palabras no se pierdan entre el cotilleo que empiezan a esparcir los comenzales. Mi otra mano sujeta la de la chica firmemente ¿mis nervios? Meramente mentales  – Quisiera agradecerles a todos los presentes por haber asistido a este evento tan importante, la familia, los amigos, incluso los medios que se han encargado de hacer esta una noche tan esperada. Y más que nada, quiero agradecer a la familia Hoppelblant por darme la oportunidad de estar aquí parado junto a su tesoro más importante… – respiré hondo y entonces volví nuevamente mi rostro a la chica en cuestión, esa con la que me vería obligado a pasar el resto de mi vida solo por que mi familia lo consideraba correcto – Harleen Hoppelblant… eres por demás la mujer más maravillosa que he conocido en toda mi vida. Eres decidida, terca y caprichosa, pero a la vez tienes un corazón enorme, capas de volver loco hasta al más cuerdo de los hombres. Yo era uno de esos hasta que te conocí y ahora… no podría pensar en una vida lejos de ti – sonrisa de galan, ligeramente nerviosa ¿se notaría demasiado que había preparado todo aquello con solo una semana de anticipación? Esperaba que no – Es justamente esa imposibilidad lo que me obliga a estar aquí parado, frente a toda esta gente para hacerte esta única e importante pregunta…. – había llegado el verdadero momento, me pongo de rodillas y saco esa pequeña cajita con el único objeto que verdaderamente había elegido yo para la castaña. Ella entendería el por qué de los colores elegidos, después de todo, los ideales eran compartidos. Dejo al descubierto el anillo – ¿Me dejarías hacerte la mujer más feliz del mundo cada día del resto de mi vida? –

Ahora todo dependía únicamente de su respuesta.[/color]

Es la forma en que la pregunta fue formulada lo que le dice a Harleen el gran error que cometió. Busco con la mirada a su amiga, con los ojos inundados de sorpresa queriendo transmitirle a Selene que Alphonse era su prometido, pero en el camino se topó con la mirada aburrida de Alois y la no tan festiva de Kali ¿Por qué había venido del brazo de Alois? ¿No se suponía que ella y el hombre que la sujetaba eran algo así como pareja? Desvanecidos los pensamientos con la voz potenciada de Alphonse, tragó con dificultad.

Escucho con un nudo en la garganta y un retorcijón en la base del estómago, desde que habían deducido que Alois era su prometido ella ya tenía un plan acorde al muchacho, seria más difícil adaptarlo a Alphonse, porque no era un hombre sumiso… O sin interés en el sexo. Sonrió de nuevo, esta vez de forma natural ya que parte de lo que él decía era gracioso, él conocía su lado terco y caprichoso por los altercados que habían pasado, suspiró echando fuera el nerviosismo y alejando el temblor de sus manos. Debía brillar en este momento, este era la culmine de todos los preparativos de su madre, si no quería echarlo a perder debía estar enamorada ahora mismo.

El anillo ilumino su mirada ante el destello sutil que despedía, era hermoso y perfecto, sin duda escogido para una ocasión fuera de sus voluntades. Se cubrió la boca en un gesto de sorpresa pero apenas un segundo después estaba abrazando a Alphonse tirando el equilibrio de ambos en el pasto. Levanto el rostro sonriendo casi genuinamente, como si la propuesta la hubiese hecho exudar alegría por los poros, acerco sus labios al oído del príncipe falso

Espero que tu novia no me odie demasiado Murmuro justo antes de besarlo, los aplausos rompieron detrás de ellos mientras de la banca comenzaban a salir luces en forma de listones que se extendían por todo el jardín soltando destellos hasta explotar en una serie de chispas de colores. Una bella y segura imitación de los fuegos artificiales. Las luciérnagas se disiparon mientras unas cuantas flores salían cercanas a las patas de la banca. La castaña hizo un gesto de disgusto por un segundo, casi imperceptible.

Esta de más decirlo, sí, seré tu esposa
Se alejó lo suficiente sin permitirse mirar a su audiencia, segura de que ese improvisado beso y haberlo tirado al pasto eran conductas reprobables en ese momento, pero le daba igual, principalmente porque la sociedad mágica la conocía de ese modo, impulsiva.

Bryan solamente se limito a abrazarla mucho mas fuerte de lo que esperaba y a dejar su 'casto beso' de lado para darle uno en forma. La Francesa se sonrojo de inmediato y cuando sus labios se separaron no pudo evitar mantener los ojos cerrados un segundo mas de los necesarios, tratando de recobrarse. Le pasaba cada que ese hombre la besaba, no podia evitarlo.

Luego entonces, ambos se encaminaron al jardin y tomaron asiento entre las primeras filas, en una mesa en la que claramente no esperaban ver adolescentes. Los adultos los miraron raro, pero de alli no paso. Bien, la francesa no penso que alguien fuera a ofenderse, despues de todo no habia un orden correcto para sentarse ¿o si? Y si lo habia, le venia importando nada. Esa era la mesa mas cercana al lugar donde Harleen se habia parado y al que eventualmente regreso de la mano de Alois Hiedler.

Fue cuando este ultimo la saludo desde lejos que entendio todo. No era Alois como habia pensado, se trataba de Alphonse ¿Como pudo haberse equivocado en una cosa como esa? Habia algo en los gestos del aleman que le indicaba que tenia razon. E intento absolutamente todo para llamar la atencion de la rumana con señas, pero justo cuando su amiga iba a dirigirle la mirada, se distrajo con otro de los invitados.

- No es Alois, es Alphonse - le dijo alarmada a su novio, como si el fuera a comprender la gravedad del asunto ¿es que los mayores no conocian su fama? Y entonces hizo la conexion mental ¿Por que estaba alli Kali Rosenberg entonces? ¿Y si tenia planeado arruinarlo todo?

La francesa se perdio toda la escena conmovedora, las hermosas palabras de Alphonse y la reaccion de Harleen. Incluso se perdio la imitacion de fuegos artificiales, todo para llegar corriendo al lado de Kali.

- Rosenberg, que interesante encontrarte por aqui - dijo con total naturalidad, obviamente sacando a la morena de su ensimismamiento. No iba a permitir que alguno de los tornillos de Kali se safara esa noche, asi que iba a distraerla o a dejarla inconciente. Esperaba estar actuando a tiempo y, tambien esperaba que su novio la hubiera seguido hasta donde estaba parada ahora... Si no quiza se encontraria en problemas.

Pocas veces ponía atención a cosas de mi alrededor, pero estaba sumamente interesado en como haría las cosas mi hermano, por que a pesar de todo eso seria una separación para ambos, pues a partir de ese momento nuestros caminos serian diferentes y yo ya no tendría mas a alguien para seguir, a alguien para estar siguiéndole los pantalones, lo cual me entristecía un poco, ¿que haría entonces sin mi hermano?

“Eso no importa ya “ escuche una voz que me decía...otra vez estaba susurrando cosas sin que nadie me escuchara o me entendiera, “nos conviene mucho que tu hermano se vaya” Me decía aquella voz...”¿por que?” Le conteste....”Después de que tu hermano desaparezca tu seras libre, y por fin seremos la persona que siempre hemos querido ser”....”pero no quiero dejarlo...es mi hermano...y lo quiero...”

“Recuerda tenemos que descubrir quien es el asesino en Italia, solo recuerda y mantente pensando en el caso...solo eso... pon un poco de atención a lo que hará tu hermano por que quizá sea la ultima vez que lo veas”

Fue entonces que dirigí mi mirada a aquella escena, era momento de despedirme de mi hermano...solo rasque mi cabeza mirando toda aquella escena, de verdad que era muy extraño que dijera todo eso, no parecía mi hermano, suponía que todo era parte del trato o algo así, comencé a reír involuntariamente, y decidí alejarme un poco ¿que me causaba gracia? "muy gracioso ver a Alphonse arrodillado de esa manera ¿no lo crees"; esperaba no haya escuchado mi risa por que de lo contrario tendría problemas.

Estaba observando muy fijamente a Alphonse, todo lo que hacia, incluso intentaba escucharlo detenidamente , cuando me miro yo hice y lo mismo regresandole una sonrisa , sabia que estaba molesto y me encantaba verlo asi pero mas me gustaria verlo desesperado por desposar a alguien que sabia no era digna de el, de hecho esperaba incluso que titubeare, aunque al parecer el chico no lo haria.

Unicamente arquee una ceja cuando vi a ambos dirigirse a lo que parecia un lugar destino a pedir la mano de la chica, ¿vamos que cursiladas eran esas? ¿que no estaba lo suficientemente grandecita para esas cosas? ¿enserio Alphonse iba a ser capaz de decirlo frente a toda la gente, ¿así como así? Y luego el chico comenzaba a hablar de estupideces...!o por Merlín! ¿Quien había escrito esas bufonadas? , casi hecho a reír al escucharlo pero entonces mire que Alois se me había adelantado ¿que le pasaba a ese chico? , fue entonces que lo vi alejarse  entre la multitud, paso desapercibido para muchos, pues Alphonse seguía hablando y al parecer tenia toda la atención puesta en él.

Cuando volví a verlo solamente vi la escena, El Beso...¿enserio? ¿enserio? Actuaban como dos enamorados que se conocían de años...¿así como así? yo debería estar allí y no ella...¿cierto?... Por supuesto que algo retumbo en mi corazón, y estaba a punto de petrificar a esa insignificante basura, sin embargo antes de que yo pudiera hacer algún movimiento envuelta en ira, llegaba alguien a irrumpir mis deseos ; me le quede mirando a la chica con esa mirada que parecía sacada de película de horror pues mi cabeza se torció recta al verla y le sonreí  - Por supuesto querida, mi padre no pudo venir y me ha enviado en su lugar...aparte mi amigo Alois decidió que no quería venir solo...ya sabes – sabia que sus intenciones no eran simplemente el conversar pero ¿ya que podía hacer con ella? Me tranquilizaría y no haría ningún numero en aquella “Cena de Compromiso” pero mas le valía a Hoppelblant romper aquello y no concretarlo a que tuviera que intervenir, por que estaba segura que no le gustarían mis métodos.

Podria decirse que el mundo se detuvo durante lo que parecio una eternidad ¿Ese de verdad era yo, pidiendole matrimonio a Harleen Hoppelblant? Por mas dificil de creer y por mas improbable que fuera, efectivamente, el hincado en el piso era yo, quien sostenia el anillo era yo y quien habia dado ese hermoso pero improvisado discurso tambien era yo.

Luego, el tiempo empezo a fluir con normalidad y vinieron todos los eventos cursis y extraños que al parecer la familia Hoppelblant habia preparado. Sobra decir que la perdida de equilibrio si me tomo por sorpresa, pero supe apañarmelas para no hacernos daño al tocar el piso. Escuchar las primeras palabras que la castaña me decia de inmediato le sacaron una sonrisa a mis labios. Pobre Kali, pero a fin de cuentas ella se lo habia buscado al asistir al evento. Tampoco estaba muy contento con que la rumana supiera de mis aventurillas, pero no iba a darle vuelta al asunto.

El beso no fue nada del otro mundo, de hecho me decepciono bastante. Vamos que yo me habia esforzado en decir todo lo que una chica deseaba escuchar de su pareja al pedirla en matrimonio y ella solo me daba eso como recompensa. Solo esperaba que no fuera igual de frivola en TODOS los aspectos o eventualmente tendremos problemas.

Nos levantamos, ambos sonriendo como si no hubiera mañana, pues se supone que es el dia más feliz de nuestras vidas. Luego me volteo y la abrazo por detras, acercandome a su oido para susurrarle.

- Muy buen espectaculo Hoppelblant, solo espero que los negocios que deseas tratar mas tarde vengan con algo mas de ganas que ese escueto beso, me lo merezco - dije casi con un tono ofendido, como si realmente hubiera esperado mas que eso.

Los deseos flotaban en el ambiente como las fuerzas invisibles que eran, algunos de verdadera alegría, otros de incredulidad y por supuesto no faltaban los mal intencionados. Harleen no había prestado mayor atención a sus invitados, aquella fiesta era demasiado para su propio humor, las ideas de su madre solo la colocaban como una colegiala loca de amor que no sabia contenerse ante la oportunidad sin embargo fue su prometido el que la hizo terminar de perder las ganas por completo de aquella celebración.

¿Merecer? Chasquea la lengua en señal de desacuerdo, alguien la felicita y sonríe agradecida sin estarlo en realidad No has hecho nada que valga la pena un beso de verdad, mucho menos algo mas interesante, no te creas que mereces todo Hiedler sonriendo da la vuelta entre sus brazos, dedicándole esa mirada de desafío que poco gustaba a sus padres Tampoco queremos empezar mal ¿verdad cariño? Deberías despedirte de esa chica por ahora

Planto un beso en su mejilla y se alejo a recibir los abrazos de felicitación que los invitados le proferían, las muchachas sin excepción querían ver su anillo y todas destellaban esa mirada de envidia, tanto por su prometido como por la joya, busco y busco hasta topar con Bryan.
¿Debo felicitarte también?
La castaña bufo pero sonrió
No es necesario pero gracias, por todo el preámbulo que tuvieron que hacer, Selene me conto así que, gracias

Carter la guio hasta donde estaba su amiga, junto a Kali, no le agradaba estar cerca de ella ahora pero podía fingir no saber nada.
¡Selene! Te estaba buscando, creí que estarías en primera fila… En fin vamos la cena no tarda en ser servida Miro hacia Rosenberg y asintió a modo de saludo Rosenberg, saludos a tu padre supongo que no ha podido presentarse esta noche

La expresión de Rosenberg le dijo más de lo que la pequeña rubia hubiera podido imaginar. Esa mirada de odio total y de despecho, con esa mueca imitando una sonrisa. Algo, muy interno, le advirtió a Selene que esa chica era más que peligrosa, que debía elegir con mucho cuidado sus palabras a partir de ese momento y que, efectivamente, había actuado a tiempo. Afortunadamente cuando su ex compañera Slytherin empezó a hablar, su expresión se fue suavisando y para cuando mencionó a Alois, ya era como si nunca la hubiera visto alterada.

En ese momento, la francesa se dio cuenta que aun era una novata en aquello de controlarse y de permanecer siempre con la mejor cara para los demás. Kali Rosenberg casi parecía una experta. Le sonrió de vuelta y saludo a Alois con la mano, aunque el chico apenas y pareció notarla en su ataque de risitas (aunque claro, Alois siempre parecía no notar nada).

- Ya veo, pues me alegra verte, una lástima que el señor Behemoth no haya podido asistir y, pues es muy considerado de tu parte haber acompañado a Alois a este tipo de eventos, debe ser aburridísimo si no eres cercano a los ‘novios’ - dijo tratando de no tocar fibras sensibles, pero a la vez dándole a entender que tal vez ese no era el mejor lugar para estar esa noche.

Trato de ponerse en sus zapatos un momento y solo pudo suspirar con resignación. No, Selene Segre jamás se rebajaría al ir a la cena de compromiso de su ex novio-pareja-loquesea… Quizá fuera capas de otras cosas, mas viscerales y menos dolorosas. Por fortuna, Bryan no tardo en estar a su lado, justo acompañado de Harleen. Si, la francesa se puso en modo de alerta, quizá por su inexperiencia en eventos tan grandes o simplemente por que su preocupación por la Rumana era real.

- Si yo… eh… solo estaba saludando(vigilando) a Rosenberg… y a Alois – dijo señalando detrás de Kali, al gemelo con quien Harleen no iba a casarse.

Me había alejado hasta la ultima mesa en donde había tomado asiento, la comida esperaba fuera deliciosa por que por lo menos eso esperaba valiera la pena, ya quería irme del lugar de hecho esperaba que terminara lo mas pronto posible y ¿que se supone se hacia en una ceremonia de compromiso? Era algo que yo jamas entendería, o al menos eso pensaba por que pues yo no pensaba comprometerme en ningún momento, bueno suponía que debía pero...que bueno que yo tenia la oportunidad de elegir a quien ¿verdad?

Estaba aburrido realmente aburrido y lo único que hice fue recargar la barbilla en la mesa, al menos esperaba así pasar desapercibido por que seguramente mi hermano vendría a reclamarme en cuanto tuviera la oportunidad o quizá no... pues ahora debía estar con su prometida y esas cosas...¿o no?, ¿por que traje a Kali Rosenberg a la fiesta?...pues se suponía ella no debía venir...se suponía...asi que ¿tendria problemas por traerla?

Fue entonces que empezaron a traer unos cuantos aperitivos  era momento de probar algunas cosas y olvidarme del poco tiempo que tenia, ya debía irme, ¿que acaso no podían hacer esto mas rápido? Y entonces mi mirada se fijo a la prometida y a sus acompañantes y como estaban con  Kali ¿estarían reclamándole algo? Mmmm ¿ que tendría que hacer en ese momento? ¿ir con ella? ¿esperar que ella viniera? Decidí comerme un buñuelo en lo que veía que pasaba , por supuesto que no iba a ir por ella, que problemático.

Debido a esa interrupción se me habían quitado las ganas de hacerle algo a la rumana en ese lugar, de hecho ya estaba ideando otro tipo de venganza contra Alphonse...bueno en realidad no era una venganza en si, era un experimento algo así como usar a Alois para sacar de quicio a Alphonse, o quizá para estar cerca de el, por supuesto que tenia que ponerle atención a aquella rubia ¿no? Pues ya estaba hablando de nuevo-¿perdón que dijiste? Lo siento estaba mirando tan hermoso espectáculo, casi como un cuento de hadas ¿no te parece? - sonreí de nuevo y entonces vi que toda la manada llegaba , el ridículo novio y la chica esa sin gracia...estuve a punto de suspirar pero decidí poner mi mejor rostro.

El solo verla me hacia tener un dolor de cabeza, así que solo observe como le hablaba a su amiga, para que cuando se dirigiera a mi recibirla con una sonrisa casi sincera -Supones bien querida ,  por cierto hermosa presentación seguramente eres muy feliz, pues todo pareció perfecto, hermoso lugar, un novio apuesto, ¿que mas se puede pedir cierto? -me acerque a ella y la abrace sabia que no podía negarse pues todo el lugar estaba plagado de reporteros -Felicidades por cierto que seas muy feliz te deseo por parte de mi padre y mio– no iba a mostrarle la rabia que sentía, claro que no al contrario, sabia que si quería podríamos ser amigas , no sabia como lo haría pero lo lograría, es decir, se suponía que ella era una chica buena o ¿no? Y suponía que yo era demasiado inteligente para saber como hacerla confiar en mi.

-Ahora si me disculpan, voy a ir en busca de Alois , debe estar aburriéndose horrores y no por el lugar es hermoso pero así es él , de nuevo muchas felicidades con permiso – me despedí con una sonrisa de los tres y me retire hacia donde vi se había dirigido Alois, mi plan tenia que funcionar es decir ¿yo una mujer despechada? No no no, debía ser mas inteligente que eso..y no solo hacer sufrir a Alphonse Hiedler, si no también llevarme entre las piernas a Harleen, y si se entrometía también a Selene y a su noviecito, por supuesto ya estaba ideando un buen plan para ello, e incluía a Alois, así que debía encontrarlo cuanto antes, aunque claro todo eso podría terminar si Alphonse decidía terminar con ese trato.

No podía evitar jugar con ella de esa forma, desde siempre, por eso quizá no le caía bien, pero hasta ese momento no era importante. La risa se escapó de mis labios una vez que ella soltó su réplica ¿En verdad pensaba que eran sus besos los que me interesaban? Pues no, pero me conformaría con ellos siempre que se esforzara en dármelos. La mirada de desafío me gusto, pocas niñas se ponían contra mí y, para ser honesto, era uno de los pocos encantos de los que disponía Hoppelblant… Si, tanto un encanto como una maldición. Pero era lo de menos. Me encogi de hombros con el ultimo comentario que me hizo, la verdad era que Rosenberg ya no era mi problema desde hacía dos semanas, pero no iba a aclarárselo solo por que me gustaba que pensara que soy Ese tipo de prometido patán.

La miro alejarse entre el montón de mujeres que no para de felicitarla y es mi turno para recibir bendiciones, felicitaciones y hasta contactos por parte de los hombres allí presentes. Los reporteros de las revistas están hablando ahora mismo con mis padres y con los Hoppelblant, así que aprovecho el momento para perderme entre la multitud. Tengo un solo objetivo ¿de verdad pensó que no me daría cuenta?

Lo localizo aun antes de que Harleen llegue hasta Rosenberg y Segre. Esta allí, sentado como si nada en una de las mesas. Me le acerco por detrás sin llamar la atención de nadie y le pongo la mano en el hombro.

- Inteligente jugada, Alois. Me parece bien que encontraras todo el teatrito divertido, pero la risa me pareció exagerada – le digo al tiempo que me siento a su lado. Todo el mundo lo verá como el par de hermanos que están compartiendo lazos familiares, a sabiendas de que les queda poco tiempo para estar siempre juntos, como lo han hecho por los últimos 19 años. Él sabe que no es el caso, que estoy allí por otras razones – ¿Y sabes que más me pareció exagerado? Que trajeras a Rosenberg ¿En que estabas pensando? – pregunto mirándolo a los ojos, en tono aun neutro, sin subir la voz ni nada. La mesa estaba vacía, a excepción de nosotros dos, pero si subía solo un poco el tono, las miradas se centrarían en nosotros y eso era algo que no necesitaba en ese momento – Bueno, no, perdona… Esta mal de mi parte preguntar esas cosas, ya sé que apenas piensas… Entonces, dime ¿La trajiste por voluntad propia o ella te lo exigió? No voy a echarte más pleito si ella es la culpable –


Y si, se lo solté así de natural, tranquilo y sin alterarme. A fin de cuentas yo no sabía nada sobre esa ‘otra’ personalidad suya ni sobre sus locuras internas.