Una cita muy larga....

No se percato si quiera de lo nervioso que se puso Demetrio con su cercania, ni si quiera de la parte en que cerro sus ojos como para recibir un beso de la semiveela. Y es que, en realidad Juliett tenia muy poca practica con esas cosas. Después de todo en su lista solo estaba una pareja sentimental y dos chicos a los que había besado. Ni si quiera sabia lo mucho q estaba tentando al hombre con quien estaba justo en ese momento.

Sonrió cuando le confirmo que había sido la mejor opción para llegar. Termino de quitarse sus zapatos y tomo al joven del brazo nuevamente, solo para llevarse ella ahora la sorpresa de ser levantada en vilo. No pudo evitar sonrojarse al instante y claro que la cabeza le empezó a dar mil vueltas.

- Si... Yo... Mareada... - fue lo único que pudo alcanzar a decirle, antes de terminar por abrazarse de su cuello nuevamente. Nunca se había mareado tanto, así que se asusto un poco... Pero tras unos segundos las cosas se volvieron mas claras. Pudo darse cuenta que el ex omega usaba una colonia sumamente deliciosa y desde su punto de vista tenia un perfil muy bien parecido - Estamos en una aldea cercana al Valle de Godric, se llama Numenor... No, la casa no tiene piscina, pero si te compras una podrías compartirla conmigo... - le dijo divertida - La casa es la ultima colina arriba, espero no ser demasiado pesada - Eso ultimo lo dijo en broma, y esperaba que Demetrio supiera que temas eran delicados para las chicas. Luego volvió a recargar su cabeza en el hombro de él - Hueles muy bien.... -

Solo le volví a sonreír con aquellas tres palabras que me dijo,  al parecer ni ella ni yo habíamos medido cuanto tomamos pero por lo menos yo aun podía con ambos, conforme caminaba iba mirando a mi alrededor, enserio que todo parecía muy tranquilo, únicamente se veía la luna en lo alto y el viento soplando era agradable.

-Eso seria bueno...me encanta nadar, así mantengo la forma y me quito el estrés..-la mire un momento y volví a mirar el camino -No, no lo eres -seguí caminando ya nos faltaba muy poco, seria muy bueno tener un lugar así para vacaciones o simplemente para pasarse un fin de semana, pues mi actual hogar era un departamento en un penthouse en New York, donde todo era ruidoso y todo iluminado, pero que también me gustaba mucho, pues era mio, y aun recordaba como se me había dificultado pagarlo, pues el sueldo de un secretario Jr, era muy poco.

La ultima frase solo me hizo ensanchar mi sonrisa y por fin habíamos llegado, la ultima casa aunque era muy parecida a todas las de la zona la encontraba aun mas sofisticada que cualquiera ¿ o acaso era mi imaginación? -¿es aquí cierto?- dije al momento que la bajaba delicadamente, y me quede mirándola unos segundos directo a los ojos, era muy hermosa aun no podía creer que estuviera con ella en ese momento, era algo así como raro, en fin era momento de pensar en otras cosas y no en el aspecto de la chica, pues algo que me quedaba muy claro es que ella no era como cualquiera de mis conquistas, ella era importante y debía ser respetuoso en todo momento.

Algo respecto a estar alli, entre sus brazos la tranquilizaba enormemente, y por primera vez desde hacia año y medio, el pecho no le escocía al llegar a casa, sola y triste. Por que quiza si estaba triste, pero al menos no se encontraba sola. Se puso a reír como una niña cuando ledij aquello de mantenerse en forma, vamos que para nada lo necesitaba, segun Juliett, Demetrio se mantenía en suficiente buena forma haciendo otras cosas. Y agradeció enormemente que mantuviera la boca casi cerrada con respecto a lo de su peso.

El hombre era muy fuerte y no tardaron nada e estar frente a su casa.

- Si, es aqui - dijo aun con una sonrisa en su boca, aunque hizo una especie de mueca al notar como la bajaba. Volvio a colocarse los zapatos, pues el camino entre la entrada al jardin delantero y la puerta propiamente dicha de la casa estaba adoquinado y podía caminar perfectamente con tacones - Pero no te quedes alli sin hacer nada, vamos, las botellas ya debieron haber llegado - dijo acercandose a la puerta. Abrió con cuidado y el eficiente elfo doméstico que tenia le dió una rápida bienvenida, le indicó que las botellas estaban en la cocina, pero que había dejado una dispuesta en la sala principal para que la disfrutara. Y abrió mucho los ojos cuando la vio acompañada - Gmork, puedes retirarte... te llamare si necesito alguna otra cosa -

No se molestó si quiera en presentarlos, pues aunque era la única compañía de la que la rubia disfrutaba, seguia siendo una criatura inferior y punto. Invito a Demetrio a la sala y lo siguió.

-Si , esta linda -dije mirando nuevamente el pórtico de la casa -¡oh si! - dije entrando detras de ella, para ver a la criatura que le servia nunca le habían gustado los Elfos, pero vaya que eran necesarios pues claro Demetrio no iba a limpiar la casa ni mucho menos, simplemente cuando ella me lo indico me encamine hacia la sala, la cual ya estaba con botella y copas listas.

Espere a que la chica se sentara para hacer lo mismo, decidí sentarme justo a su lado, no tan cerca pero si un poco, no sabia como era Juliett Carter un poco bebida, y al parecer aun seguiríamos disfrutando el vino así que debía estar junto a ella por seguridad pues no querría que le pasara nada y no es que deseara que le pasara algo pero mas valía prevenir.

-¿cuanto costo esta hermosa casa? Realmente quiero una...¿no sabes si venden alguna cercana a la tuya , ya sabes, ser vecinos aunque sea los fines de semana seria divertido...realmente lo estoy considerando – y si realmente lo estaba haciendo entre mas veía la casa mas le gustaba, obviamente sabia que no todas las casas eran exactamente iguales por dentro pero me había gustado y punto, es decir por lo menos podía pasar uno que otro fin de semana al mes en esa casa...o al menos eso esperaba.

Recorrí su casa poco a poco , tenia algunas fotografías de su hija y me pareció interesante, pero vamos que no la iba a levantar así como así digo queria verla perfectamente pues estaba ami lado en una mesita frente a nosotros-¿puedo verla? -dije esperando no se ofendiera y tome la foto, su hija era realmente preciosa y se parecía mucho a su madre -Se parece mucho a ti, sera una niña muy atractiva e inteligente  , vaya que envidia – ver a esa mini Juliett me hizo tener sentimientos nuevamente muy extraños y pensar que quizá pudo ser mía...solo sonreí y volví a poner la foto en su lugar -seguro si la hubieras tenido conmigo tendría unos ojos aun mas hermosos - dije jugando sin siquiera darme cuenta de lo que había dicho y tome un trago de mi copa la cual ya estaba servida.

Se alegró de constatar que su elfo doméstico había actuado lo suficientemente rápido, pues apenas pusieron un pie dentro de la sala, las dos copas ya estaban en su lugar. No podía culpar al pequeño elfo, después de todo, Juliett nunca había llevado a alguien a esa casa, ni si quiera compañeros del trabajo y por supuesto, no solía beber los días que Selyn se quedaba con ella.

Se acercó al lugar donde estaba todo dispuesto y sirvió el par de copas para luego darle una a Demetrio y sentarse en el sillón, él hizo lo mismo, muy cerca de ella. Le dio un gran sorbo a su vino y volteo a verlo ligeramente sorprendida, en realidad no esperaba que hablara en serio.

- ¿Es en serio? – le preguntó curiosa – Digo, no sé si hay casas a la venta, en realidad solo vengo aquí a dormir y no conozco ni a los vecinos. Digo, podría investigarlo para ti… pero ¿por qué querrías tener una casa aquí? No vayas a ofenderte, pero queda muy lejos de Estados Unidos - lo miró fijamente a ver qué le contestaba.

Cuando le pidió permiso de levantar la foto de su hija (Puedes elegir la q más te guste, solo imagínatela un poquito más chavita XD), Juliett asintió con una sonrisa. Sabía que la niña era muy bonita, quizá incluso más linda de lo que ella había sido en su época de estudiante y, como ella misma, había heredado la sangre semiveela, lo que le daba un extra a esa belleza que seguro poseería naturalmente. Asintió también ante sus primeros comentarios, ella sabía que su hija llegaría muy lejos si se lo proponía.

- ¿En serio lo crees? – se acercó lo suficiente como para ver la foto de su hija por encima del hombro de Demetrio – Siempre pensé que sus ojos los había sacado de mi y no de Sebastian – dijo ligeramente ofendida – Pero, si sigues haciendo ese tipo de comentarios, terminaré por pensar que quieres seducirme –

Esta vez se estaba uniendo al juego, lo sabía, pero por alguna extraña razón no podía detenerse.

-si, es sorprendente pero me enamore de la tranquilidad y la estructura del lugar --solo le sonreí mientras la escuchaba hablar nuevamente -pues habría  cosas buenas de mudarme aquí, una de ellas es que tendría una compañera con quien beber los fines de semana o por lo menos platicar , y si se que esta muy lejos de estados unidos pero por fortuna somos magos y el tan solo visualizarlo nos trae hasta aquí, así que...ademas, tengo que estar por todo el mundo casi a diario así que no habría diferencia viajar de vez en cuando a Inglaterra, ademas ya no quiero perder la comunicación contigo...aunque tampoco quiero sofocarte, así que lo pensare mejor...-le volví a sonreír y bebí otro sorbo de aquella copa, era cierto, en ese momento estaba pensando que no quería separarme de ella ningún momento , que quería cuidarla a ella y a su hija, pero tampoco quería sofocarla, es decir también imaginaba el escándalo de que alguien se enterara que estuviéramos viviendo muy cerca..suponía que seria una historia no muy divertida para los Rumsfeld así que no lo veía posible, bueno quizá si pero con mucha discreción aunque...bueno por lo menos Juliett no me había dicho que no ¿cierto?

Volví a mirar fijamente la fotografía de su hija y afirme con la cabeza, era cierto ella podría hacer lo que quisiera incluso mejor que cualquiera y eso que aun no la conocía en persona -Tus ojos son mas grandes y el color es mas claro , los de ella son mas azules ¿lo vez? - le señale los ojos de la fotografía y después la mire a ella acercando mi mano a su mejilla y sonreí nuevamente -Quizá lo este haciendo ¿esta resultando?-

¿que si ya estaba rebasando el limite de la confianza ? Quizá, pero era algo de lo que sabia no me arrepentiría , ademas ella en cualquier momento podría pedir que parara y lo haría, pues al final de cuentas estábamos entre amigos ¿ o no?

Le sonrió cuando empezó a explicarse, la verdad es que la aldea Numenor tenía ese encanto coloquial que había cautivado a Juliett desde el inicio, por eso habían comprado esa casa en primer lugar, y justo por eso se la había peleado a Sebastian cuando se separaron. Aunque muchas veces se había arrepentido de esa decisión, precisamente en ese momento se daba cuenta que había sido la correcta. Asintió ante los comentarios de su acompañante. Así que la consideraba suficientemente buena compañía como para pasar los fines de semana cerca, eso era toda una revelación.

- No me sofocas – dijo antes que el joven pudiera seguir – Supongo que tienes razón, te investigaré si hay algo cerca y dónde es, quizá antes de que termine esta semana puedas tener residencia en Inglaterra y eso – La verdad era que le halagaba mucho, pero no iba a dejar que lo notara.

Asintió cuando dijo aquello sobre su hija, en realidad era completamente cierto, sus ojos eran más obscuros que los de Juliett. Y permaneció así, casi recargada en su hombro para recibir nuevamente sus palabras, quedándose ligeramente sorprendida.

Juliett llevaba años sin pensar en el tema, especialmente después de que el Ex Omega le dijera que prefería a Svetlana por sobre ella, luego del envío de la carta y de enterarse que por ella precisamente ambos se habían enterado que eran hermanos... Eso sin contar con su propio compromiso, con Sebastian y todo lo que vino después. Así que por primera vez en muchos años se permitió recordar esas cosas que había sentido por Demetrio años atrás, cuando le parecía ligeramente aceptable y lo suficientemente guapo como para coquetear con él, pero demasiado mayor como para fijarse bien en ella.

Pero ahora… la semiveela sabía que era una mujer guapa, con un lindo cuerpo y lo necesario para tener a quien quisiera a sus pies ¿Entonces? ¿Por qué se detenía? Bueno, no estaba del todo segura si debía sentir algo, si estaba permitido que después de separarse del padre de su hija pudiera volver a estar con alguien…

- Si, esta resultando – fue lo único que le dijo antes de sonreírle nuevamente, con ese aire de coquetería que no había hecho más que perfeccionar con los años –Pero no va a ser tan fácil, quizá debas esforzarte un poco más-

Escucharla decir aquello era satisfactorio, mas que nada por que pensé que seria incomodo para ella que yo estuviera allí al lado suyo aunque escucharla me alegraba mucho -vale, te lo agradecería mucho , ojala y si,  te aseguro construir una piscina y un chapoteadero para que también tu hija se divierta , claro si lo permites -por supuesto que sabia que Seylin era muy importante para ella y por ende debía ser importante para mi, pues tener a su madre y quererla conmigo, en el sentido de amistad, también tendría que incluir a la pequeña, yo no tenia problemas con los niños pequeños, al contrario me eran muy agradables mas que nada por que yo no había tenido una infancia muy placentera y quería lo mejor para cualquiera que estuviera a mi alrededor, que creciera feliz , y que mejor que la hija de mi amiga, sabia que quizá la estaría pasando un poco mal por el hecho de que sus padres estuvieran separados y que quizá fuera muy difícil para Juliett también, pero si podía animarla ahí estaría, justo intentando recuperar el tiempo perdido.

No estaba viendo como otra conquista mas, es decir ese tipo de halagos, ese tipo de gestos me estaban saliendo naturalmente, y saber que Juliett estaba en el juego era casi como increíble, no sabia que pensar al respecto, por que no quería perderle como amiga, es decir no de nuevo, aun recordaba la vez que habíamos peleado por el beso, por todo, todo se había ido a abajo y tarde mucho en recuperar su confianza de nuevo y no dejaría que eso pasara a menos claro que ella quisiera que pasara pero ¿como saberlo?

Sonreí de nuevo cuando dijo aquello ¿estaba dándome una oportunidad acaso? -quizá pueda hacerlo-dije acariciando su mejilla con mis nudillos, para después acercarme poco a poco a la chica cerrando mis ojos y dejando que mis labios y los de ella se juntaran en un tierno y quizá apasionado beso , ahora era de ella la opción de alejarse, o de jugar conmigo, lo que quisiera,  mi mente se había puesto en blanco y lo único que me permití fue saborear sus labios los cuales a mi parecer eran los mas exquisitos que habia probado despues de los tiernos labios de ella misma a sus 15 años.

Su sonrisa se ensanchó cuando los dedos de su acompañante le acariciaron la mejilla, sintiendo como si una pequeña descarga eléctrica comenzara a recorrerla desde el justo lugar en que la acarició. Una parte de sí misma sabía que eso pasaría, que con solo una señal de aprobación Demetrio estaría besándola, como cuando eran adolescentes ¿No había pasado lo mismo antes?

Cerró los ojos casi de inmediato, por instinto, sin si quiera pensarlo. Por que eso era lo que ocurría siempre. Y la sensación fue muy diferente. Se notaba la experiencia adquirida con el paso de los años, la delicadeza con que empezó el beso y lo paciente que fue para que ella cediera un poco y le correspondiera. Por que le correspondió, de una manera que quizá el Americano no se esperaba, como si hubiera tenido ganas de ese beso durante casi quince años.

Sin querer, las manos de la semiveela se colocaron lentamente sobre el pecho de Demetrio, sin separar sus labios ni un poco, respirando ya trabajosamente. Su mente era un caos de ideas que no se permitía concretar y un montón de sentimientos que no tenía ganas de sentir. Quizá si se ponía a analizar la situación se arrepentiría de lo que estaba haciendo y estaba harta del arrepentimiento.


(Esta cortito, por q no supe que más hacer sin que pareciera una loca *w*)

Al parecer estábamos regresando al punto de partida, era muy extraño esa sensación era como un deja vu, pero las cosas estaban saliendo mejor que la ultima vez, y esperaba siguieran saliendo de esa manera, pues ya no había Rumsfeld que se entrometiera en mi camino eso esperaba.

Nunca me imagine que Juliett Carter me respondería de esa manera es decir ni siquiera imagine que me respondiera, pero lo único que podía hacer era seguir el beso , intentar que fuera placentero para ambos, quería algo así como corregir el error del pasado, sabría que quizá eso traería consecuencias pero poco me importaba, pues ahora ambos eramos libres ¿cierto? Y no había vuelta atrás a lo que estábamos haciendo, únicamente nos quedaba disfrutar el momento, ahora , justo en ese momento no volvería a decir mis estúpidas excusas para librarme de ese beso, esta vez seria totalmente honesto con ella.

Sentí sus manos sobre mi pecho ¿que significaba aquello?  Me estaba poniendo nervioso otra vez y no podía dejar de besarle , pase mis brazos por su espalda tomando con una mano su cabeza acariciando su cuello, tenia miedo de dejarla incluso de separarse un momento, había decidido que si quería arrepentirse la dejaría pero no podía hacerlo , no quería hacerlo ¿estaría bien continuar con aquello? La deseaba tanto en ese momento y al mismo tiempo tenia tanto miedo , termine por dejar el beso para mirarla a los ojos no volvería a dudar pero tampoco quería aprovecharme del momento -te deseo tanto Juliett..-fueron las únicas palabras que salieron de mis labios, en ella se encontraba la respuesta que estaba buscando, ella pondría los limites antes de sentirme en una locura total incontrolable.

Las manos sobre su pecho eran tanto una forma de mantenerlo cerca, como de alejarlo cuando fuera necesario, aun cuando la rubia no se hubiera dado cuenta. Estaba tan concentrada en no sentir, en solo dejarse llevar, que al final en realidad su mente no podía hacer las conexiones necesarias entre lo que quería y lo que debía hacer.

De hecho, todo aquello le estaba funcionando más que bien, por que en verdad solo estaba sintiendo, dejándose llevar por el momento y disfrutando. Percibía el olor tan agradable que venía del hombre al que estaba besando, podía sentir los músculos que se marcaban debajo de su camisa, sus manos recorriéndole la espalda, su respiración igualmente entrecortada. Y entonces ella se separaba solamente para poder tomar aire suficiente para seguir con esa increíble experiencia, justo esa de la que se había privado tantos años.

Una comparación a la que no le dio importancia, pero que su mente hizo sola ¿Se había sentido así con Sebastian? No, él era demasiado sobre protector, siempre cuidándola por que ella era su pequeña a la que nadie debía lastimar excepto él. Fue justo en ese momento que Demetrio rompió el beso, separándose de ella para quedársele viendo fijamente, para decir aquellas palabras cargadas de significado.

Quizá si eso hubiera pasado mientras eran adolescentes, Juliett se hubiera podido dar el lujo de permanecer curiosa, asustada o hasta extrañada. Pero ya era una adulta, que tomaba decisiones y cargaba con las consecuencias. Soltó una risita por lo bajo, divertida con la escena y el giro que había tenido todo.

- Yo también te deseo, Demetrio – le dijo y volvió a besarlo, no tan ansiosamente, casi puritanamente, dando espacio a que el joven reaccionara – pero a veces lo que deseamos y lo que nos conviene no van de la mano. Tengo una hija y debería pensar en ella primero, su bienestar y esas cosas… Quizá si no hubiéramos sido tan necios cuando éramos jóvenes… –

Y si, decía esas cosas, pero se recargo en el pecho de Demetrio, deseando que la abrazara y la protegiera de todos esos pensamientos.

Sabia que quizá eso era un error, lo sabia perfectamente, es decir ella acababa de decirme que aun amaba a ese hombre que había sido su esposo, y yo estaba allí ahora deseándola como nunca, sin embargo las cosas debían ir lentamente, yo sabia que no podía llegar a su vida así como así y entrometerme de pronto, debía ser paciente, estaba en mis genes, debía mantenerme tranquilo fuera la reacción que tuviera.

Escuchar esas palabras me hicieron tranquilizar, para después recibir ese casto beso y recibirlo de la mejor de las formas, era justo y era cierto lo que estaba diciendo, es decir no podíamos pasar de 10 a 100 en tan solo un día, y yo entendería y la esperaría –quizá ya no podamos regresar el tiempo, pero puedo hacer algo para un mejor futuro, yo esperare cuando estés lista, dame la oportunidad de enamorarte y ganarme tu cariño, ¿creo que puedo pedirlo cierto? – le dije sonriendo, mientras sentía su calor en mi pecho , mientras rodeaba con mis brazos a esa exquisita criatura que había querido desde siempre y por estupido había perdido, como había dicho , no apresuraría las cosas y no haría que esto pareciera una aventura.

Si quería que las cosas fueran con calma, lo serian, si acaso no quería que nadie se diera cuenta, podía ser muy discreto –dime que lo pensaras, se que quizá sea muy apresurado de mi parte pero…ya esperado mucho tiempo y creo que por fin he tenido el valor para ser totalmente honesto contigo… y si quieres esperar aun más lo haremos – dije esto ultimo dándole un tierno beso en la cabeza , ahora solo quedaba esperar la respuesta de la chica.

El nudo que se le empezaba a formar en la garganta era completamente diferente al que estaba acostumbrada, ese que llegaba todas las madrugadas antes de dormir. Así que se sintió extraña, por que esta vez no se trataba de la felicidad que se le había escapado de las manos, si no de la que no se permitía sentir a pesar de necesitarla. Por que al terminar abruptamente con ese beso y recargarse en el pecho del Ministro Americano, Juliett se daba perfecta cuenta que había algo debajo de todas esas capas de lógica que su mente le ponía, una necesidad que no estaba segura de ser capaz de controlar.

Lo escuchó, con esas maravillosas palabras que lo único que provocaron fue remover cosas en su interior ¿por qué Demetrio si se lo decía? Por que hasta hace algunas horas, ella deseaba escuchar justo esas palabras de otra persona… Pero que él las dijera la hacía feliz ¿por qué el nudo en su garganta seguía agrandándose? Se dejó envolver por sus brazos, sintiéndose segura.

Luego asintió, ante todo lo que le dijo. Estaba dispuesta a darle una oportunidad, por que en su interior también había demasiados sentimientos inconclusos.

- No quiero esperar ¿sabes? Si fuera por mí en este momento seguiríamos besándonos y ya estaríamos probablemente sin ropa… Pero, es este sentido de responsabilidad, del qué dirán… – mientras hablaba sus dedos bailaban en el pecho de Demetrio, haciendo círculos y tratando, inconscientemente de desabrochar uno de sus botones – Es una de las cosas que solo tú logras conmigo, haces que deje de pensar… que… – se aclaró la garganta – ¿y si solo nos seguimos besando? –

Ese era el alcohol hablando, pero no podía detenerse.

Solo estaba esperando cada palabra que saldría de su boca, la verdad es que Juliett había cambiado demasiado estas años y era apenas que me estaba dando cuenta ; al escuchar sus palabras algo me hizo sentir un poco aliviado incluso feliz, realmente ese también había sido mi pensamiento desde el principio, pero es que¿ eso seria aprovechado de mi parte? , no se que tanto vino habíamos bebido pero sabia que quizá, si tomaba otra copa mas, no podría controlar esos deseos.

Cuando ella termino su frase solo le sonreí, por un momento sentí que ella estaba jugando conmigo y no en el mal sentido si no, coqueteando, lo único que pude hacer fue verla a los ojos nuevamente, para volver a besarla esta vez con un poco mas de intensidad, dulzura y pasión, es lo que tenia en mis adentros, había esperado mucho tiempo para esto  y por alguna razón hoy no cedería ante esos deseos.

Su olor era agradable, sus labios era una ambrosia prohibida, o al menos así la sentía, eran tan suave, tan agradable tenerla ahí, justo así, la abrazaba no quería que se separaba ni un instante, jugueteaba con su lengua, besaba y mordisqueaba sus labios, esperando que el momento se congelara ahí, por un instante me olvide de todos, y de todo lo que se suponía tenia que estar haciendo, pero iba a aprovecharlo, seguiría besándola hasta que ella me pidiera que parara; empecé entonces a tomar las riendas de esa situación, termine el beso, y bese su mejilla, recorrí hasta su oreja para dar un pequeño mordisco en su lóbulo, después baje hasta su cuello , mientras con mis manos acariciaba lentamente su cintura , su estomago, poco a poco deslizaba mi dedo índice hacia sus hombros, mientras seguía besando su cuello, para después volver a besarla en los labios, no podía detenerme, su piel era casi magnética y no quería parar.

Quizá si estaba solo coqueteando, quizá era la inseguridad que salía de su pecho y que le decía que no quería pasar otra noche sola, quizá solo estaba siendo honesta por primera vez en mucho tiempo. Cualquiera que fuera el caso, se sintió muy tonta después de haber pronunciado las últimas palabras y por un momento todo el color le subió a las mejillas, si, justo como cuando era más joven y no sabía controlar sus emociones. Sin embargo cuando Demetrio le sostuvo la mirada la inmovilizó.

El beso fue más que bien recibido, deseado. Esta vez, su correspondencia fue un tanto torpe, pero más relajada, como si el contacto con sus labios hubiera puesto de una vez por todas las cosas en su lugar, como si hubiera sido el valor que necesitaba para dejarse ir. Sus manos esta vez viajaron al cuello del hombre que la besaba, recorriendo su torso desde la mitad del pecho hacia arriba, abrazándolo, juntando sus cuerpos de una manera que no creyó poder hacer con otra persona. Un suspiro entrecortado salió de sus labios cuando Demetrio empezó a tomar las riendas de lo que allí sucedía, mientras su boca pasaba de sus labios hasta la base de su lóbulo.

Fue allí que los sentidos de responsabilidad de Juliett empezaron a perderse en una niebla súbita. Los dedos de su mano derecha se entrelazaban con el cabello del americano, mientras su mano izquierda empezaba a recorrerle la espalda; su cuerpo temblaba con cada caricia, de su boca escapaban suspiros y cuando los labios de Demetrio volvieron a posarse sobre los suyos propios, una especie de gemido salió de ellos. Su cordura y sentido de la ética estaba dejando de importarle, ya ni si quiera se acordaba de las excusas que le había dicho segundos antes, los valores morales escapaban por la ventana.

Entonces le tocó el turno de hacer su movimiento. Mientras él disfrutaba de ella, de acariciarla y hacerla temblar, ella aprovechó un momento, un descuido en la forma de moverse del hombre y con un rápido desplazamiento, hecho de tal forma que demostraba una habilidad increíble, estuvo ella sobre él. Con su falda levantada casi a la altura de su cadera, sus piernas al descubierto y los labios de ambos aun aprisionados en un apasionado beso.

Toda ella se veía preciosa, de hecho el tan solo sentir su calor, sentir sus labios sobre los míos, me hacían parecer un demente  pues deseaba mas, no solo un beso, quería todo de Juliett , quería por un momento que me perteneciera solo a mi, quería olvidarme de todo, quería desaparecer solo con ella, y estar así juntos , para siempre.

Sentir que nuestros labios se fundían en uno solo me hacia sentir un poco mas seguro, sentir sus manos en mi cuello me daban mas seguridad, mas firmeza en mis actos y escucharla suspirar de esa manera hacia que mi cuerpo ardiera de deseo por ella.

Mi lengua jugueteaba con la suya, de vez en cuando mordía su labio inferior para después con mis manos tomar de nuevo su rostro y volver a besarla, poco a poco, iba besándola, poco a poco mis labios saboreaban mas allá de sus labios, su cuello era delicia, cada suspiro me hacia estremecer por ella, volvía a sus labios, para volver a su cuello , me encantaba juguetear con ella me volvía loco.

El deseo nos estaba guiando, todo era perfecto, poco a poco Juliett estaba cediendo a sus propios deseos y era algo que disfrutaríamos dejaría de pensar las cosas y simplemente dejaría que fluyeran de la forma que fuera , sonreí picaramente al sentirla encima mió, el beso era extenso, pero no podía dejar de besarla, uno de mis brazos se aferro a su cintura acariciándole la espalda, la otra poco a poco viajaba hasta sus muslos los cuales no había visto que estaban al descubierto pero el solo sentirlos hizo que mi cuerpo ardiera, empecé a acariciarlos de arriba abajo con suavidad, poco a poco mi otra mano sin darme cuenta había pasado de la espalda a ir desabrochando el cierre del vestido de la chica , mientras acariciaba su espalda; mi virilidad poco a poco iba poniéndose firme, y ese lugar poco a poco seria testigo del deseo y la pasión.

Sentir sus manos sobre la piel la hacía empezar a perder la razón, desde la más leve caricia hasta el rose más intenso. Su cabeza da vueltas, su pulso acelerado hace que el alcohol en sus venas reaccione y se mueva más rápido; pero a Juliett no le importa, de hecho nada le importa. Sus ojos se mantienen cerrados y su cuerpo únicamente está concentrado en las sensaciones. La delicadeza con que Demetrio le acaricia los muslos, el escalofrío que recorre su espalda, los músculos marcados del ex Omega bajo sus dedos, su respiración entrecortada, las mordidas que su amigo le proporciona.

Cada una de las sensaciones se expande por su cuerpo, adueñándose de ella y deseando que perduren para siempre. La excitación crece en ambos y es inevitable sentir la virilidad del hombre entre sus propias piernas, sus pezones ponerse duros y el calor que ambos emanan llena la habitación. Es Juliett la primera en empezar a moverse, rozando su entre pierna con la creciente erección del hombre, balanceándose de atrás hacia adelante para hacerla crecer aún más. Devolviendo cada beso, cada caricia, empezando a enterrar sus uñas en la piel de su acompañante, dejándose envolver en un juego en el que ya no hay escapatoria.

Es justo cuando escucha el cierre de su vestido al bajar, que ella misma deja de contenerse y empieza a desabotonar la camisa de Demetrio, quitándole la corbata en el proceso y excitándose cada vez más.

Y entonces empieza a suceder, por primera vez en mucho tiempo, sin que ella pueda controlarlo ¿Demetrio habría estado antes con una semiveela? Juliett esperaba que no, muy en el fondo quería ser la primera en proporcionarle una experiencia… Lo primero son pequeños destellos, casi como si estuviera molesta, pero ella sabe lo que vendrá a continuación, si Demetrio hacía bien su trabajo…

Todas las emociones comienzan a expandirse, estoy disfrutando cada una de ellas, saber que mi compañera también lo hace me hace sentir mas extasiado que cualquier otra cosa; sigo acariciando sus piernas, sus muslos, poco a poco mientras deslizo hacia abajo su vestido beso sus hombros, poco a poco para volver de nuevo a sus labios, aquellos labios que no quiero dejar en paz.

Disfruto de todo mientras ella sigue sobre mi y empieza a desabotonarme la camisa , disfruto su olor, y su cuerpo, disfruto cada beso, y cada roce, es cuando voy sintiendo que ella empieza a tomar control del momento, algo que me esta volviendo loco , siento sus movimientos y por supuesto que mi excitación es cada vez mas amplia, disfruto del tacto de nuestros sexos, y comienzo a ayudar mas, su vestido ya esta a la mitad de su abdomen y lo único que me separa de sus senos es su sostén, el cual comienzo a desabrochar con maestría con una sola mano, mientras sigo jugueteando con su cuerpo con la otra , poco a poco mi erección es mas grande, la deseo tanto que se ve reflejado en ello, sigo besándola, de nuevo beso su cuello, y mi lengua aprovecha para juguetear sobre su piel, por fin libero sus pechos del sostén, poco a poco voy recorriendo su cuerpo con mis manos para llevar mis dedos a sus pezones que aprieto con suavidad con dos de ellos , sus suspiros me excitan, sus gemidos, toda ella, poco a poco esto se esta volviendo una locura, y es algo que me encanta pues se que estamos dejándonos llevar por nuestros deseos.

Mis ojos no pueden dejar de verla, pero por extraño que parezca siento mas deseos cada vez de hacerla mía, pero las cosas tienen que ir poco a poco a pesar de que mi miembro me pide con urgencia ser liberado, pero vamos que también puedo saber controlarlo, y lo que deseo ahora disfrutarla; es entonces que me acomodo a modo de que ella disfrute ampliamente mis caricias, ella sigue sobre mi pero me es mas fácil manipular mis acciones y las de ella, aun siento sus uñas sobre mi piel, sus gemidos y su respiración, su espalda es mas que nada delgada y debo ser cuidadoso , sus pezones requieren atención extra pues ya están muy endurecidos y debo ayudarlos, por lo que poco a poco pongo mis labios sobre uno de ellos y empiezo a mordisquear y lamer suavemente, , alternando a cada uno y por supuesto mis manos siguen inquietas sigo acariciando sus muslos  y sus glúteos, son tan suaves como la porcelana que no puedo dejar de hacerlo.

Es como si la electricidad se cargara en el ambiente y con cada nueva sensación, su cuerpo respondiera favorablemente. Su cabello ondulado cae como una cascada por su espalda, libre al fin de aquél vestido. Lo atrae hacia ella, hacia su boca. Disfruta sus labios, su lengua, en roce de su piel desnuda, termina de quitarle la camisa y es su turno para besar entonces su cuello. El calor que emana del cuerpo del hombre solo sirve para excitarla aún más, las caricias de sus manos sobre las piernas, el roce incesante de sus sexos.

El vaivén de su cuerpo no se detiene, sus caderas pareciera que tienen vida propia. Cuando él termina por remover la barrera del sostén con una sola mano, Juliett deja caer la cabeza hacia atrás, permitiéndole a Demetrio el libre acceso a su cuello, a sus hombros y a sus pechos. Sus pezones duros quedan evidenciados y aunque quisiera, ya no podría parar aquello. La respiración entre cortada, los gemidos de placer que llegan después de cada caricia, después de cada roce. Sus dedos vuelven a recorrer la espalda del hombre que empieza a poseerla, permitiéndose sentir su piel, disfrutar el tacto de sus músculos, el olor que desprende.

Su cabello empieza casi a brillar cuando la lengua de Demetrio toca por primera vez uno de sus pezones, haciendo que pequeños espasmos de placer le recorran el cuerpo. Tenía tanto tiempo sin sentirse de esa forma, que le cuesta un poco recordar que ella también debe contribuir y se permite disfrutar las caricias que le hace su acompañante plenamente.

Luego, una de sus manos se abre paso, sin interrumpir las caricias que él le proporciona, hasta el miembro del hombre. Se permite acariciarlo por encima, sin parecer invasiva, para luego de un rato poder desabrochar el cierre de su pantalón. Llega un momento en que sus ganas pueden más que ella, pero trata de controlarse, pensando en que valdrá la pena la espera. Sin embargo, su cuerpo le pide a gritos tenerlo dentro.

Todo el acto esta siendo delicioso sumamente glorioso no podía negarlo ella me estaba dando el mejor placer desde hacia mucho tiempo, y por supuesto que estaba disfrutándolo, seguía entre las caricias y los besos, disfrutaba con mi vista con tan solo verle así, desnuda, era tan excitante, sentir sus labios sobre mi cuello me hizo sentir escalofríos por todo la espalda, y es que ese era mi punto sensible.

Sentir aun como su sexo se mueve encima mió, hace que mi erección sea todavía mas evidente si eso aun era posible, y lo único que nos separa son las ropas , pero poco a poco entre los besos y las caricias ella se abre paso y empieza a acariciarme, el deseo es aun mas grande el sentir que mi miembro es manipulado por sus suaves manos hace que me vuelva aun mas loco , la deseo tanto, es algo que no puedo evitar, mis caricias empiezan a ser un poco mas desesperadas y un poco mas fuertes, beso sus labios nuevamente, tomo con ambas manos sus pechos, para mordisquear abiertamente sus pezones, lamo delicadamente haciendo círculos con mi lengua, poco a poco siento que la hago mía, y por supuesto que mi miembro ya esta afuera de mi ropa, por lo cual nuestros sexos comienzan a rozarse un poco mas.

No dejo de acariciarla, no dejo de besarla y no dejo de saborear su aroma, con mi mano derecha tomo su espalda la cual hago hacia delante , para seguir besando sus pechos, con la otra manipulo mi miembro para rozar mas abiertamente su sexo por sobre la ropa interior, siento la humedad de su entrepierna y se que esta lista pero deseo aun mas placer para esta noche, por supuesto que esto durara un poco mas, muevo rápidamente mientras ella mueve sus caderas, quiero penetrarla ahora, pero no lo haré, seré paciente, quiero que ella grite que quiere tenerlo adentro, quiero que ella suplique por mi, ¿podré lograrlo? Y es momento ahora de levantarla para cambiar de posiciones, pues de un momento a otro yo ya estoy sobre ella, saboreando su piel  y jugueteando con mis dedos en su sexo, es mi turno para disfrutarla completamente.

La verdad es que la tomó por sorpresa con su movimiento. Juliett estaba tan absorta en su miembro que no imaginó lo que iría a continuación. De hecho, una vez que lo liberó de aquél pantalón tan molesto, se sorprendió del tamaño que tenía. Claro que, ella no podía hacer demasiadas comparaciones, pero no pudo evitar preguntarse si habría sido así de grande desde el colegio y si tal vez Harley Rosenbarg o Svetlana lo habían comprobado.

Tuvo ganas de probarlo, pero el movimiento de Demetrio no le permitió hacerlo. Y como si fuera un experto, se abrió paso prontamente hasta su sexo, acariciando y obligándola a estremecerse cada vez más. El primer gemido de placer que casi parece un grito, lo soltó justo cuando deslizo su ropa interior hacia un lado, abriéndose paso a través de ella, sin pedir permiso y sin miramientos. Claro que no los necesitaba, pues en ese momento Juliett le diría que sí a cualquier cosa que el hombre deseara.

Sentir sus dedos dentro de ella era indescriptible, tenía tanto tiempo que nadie la tocaba de esa forma que casi tiene un orgasmo apenas los introdujo. Una de sus manos se aferró al cuello de su acompañante, mientras la otra viajo hasta sus labios para tratar de acallar los gemidos que empezaron a salir apenas él empezó a mover los dedos.

- Por favor… – consiguió articular entre un gemido y otro – Demetrio… yo… te necesito dentro… por favor… -

Seguía besándola, seguía disfrutando de su sexo con mis dedos y de sus pechos con mis labios, cada gemido que ella daba me hacia estremecer cada vez mas, y cada vez mas quería ser capaz de penetrarla completamente, algo que no haría por ahora, pues estaba disfrutando de su sexo totalmente, con mis dedos jugueteaba lentamente entre su sexo, metía y sacaba mis dedos, su sexo estaba demasiado húmedo que era capas de hacer lo que me complaciera con el, tocaba su clítoris con sumo cuidado para darle mayor placer y cada gemido me provocaba morderle suavemente los pezones, ella era perfecta.

Quería que ambos tuviéramos la mejor experiencia de nuestras vidas, de hecho mi intención era repetirlo en algún momento pues disfrutaba de ella completamente, ¿alguna vez había puedo tanto empeño con complacer a una mujer así? Al parecer no, y cuando ella dijo aquellas palabras algo como si de una descarga eléctrica se tratara recorrió mi espalda, no podía aguantar mas, pero al terminar sus palabras la bese nuevamente, movía mi lengua rozando la suya acallando cada gemido que salia de la boca de Juliett, por supuesto que le daría lo que deseaba todo a su debido tiempo.

Fue entonces que en la posición en la que estábamos, yo  aun besándola tome su seno con una mano jugueteando con el provocandola, intentando que el placer fuera el máximo, y después recorrí con mi boca, su cuello, poco a poco, sus senos, su estomago, su ombligo, mi boca comenzó a recorrer hacia abajo, hasta llegar a su sexo, y con mi boca decidí deshacerme de su ropa interior, poco a poco y con cuidado por supuesto sus piernas también fueron saboreadas por mi lengua, sus pies, sabia que ella deseaba ser penetrada, pero yo quería jugar un poco mas, quería darle mas placer, quería jugar con su sexo con mi boca, y eso es lo que haría, por lo cual poco a poco introduje mi lengua en su sexo, jugueteando con el, con su clítoris, quería hacerla gritar y disfrutar de todo lo que le ofrecía, sabia que mi lengua no bastaría, así que en cuanto tuve la oportunidad volví a subir mis labios por su estomago, sus senos fue en donde mi lengua se detuvo, y entonces era el momento , no pude decirle nada, solo le sonreí en el momento en el que con mi mano derecha introduje mi miembro en su sexo, no de lleno, pues no quería parecer un salvaje, poco a poco, iba penetrándola con suavidad mientras me movía suavemente, y al mismo tiempo con la mano con la que lo iba introduciendo acariciaba su clítoris, quería hacerla completamente mía, y esa era una buena manera de hacerlo.

Por un momento creyó que la había ignorado y que era uno de esos hombres a los que les encantaba que las mujeres les rogaran. Pero no, simplemente estaba prolongando un poco el placer que Juliett seguía recibiendo de sus manos. Las caricias en los puntos exactos y la estimulación en varios puntos de su cuerpo la estaban llevando al límite, tanto así que cuando él comenzó a recorrerle el cuerpo con la lengua, Juliett ya no podía acallar sus gemidos.

Ella en verdad creía que él no deseaba hacerla suya, pues aunque le estaba dando un placer indescriptible, el momento de penetrarla estaba tardando demasiado. Unas ideas se mezclaban con otras en su cabeza y el placer dejaba paso al desasosiego por no saber qué pasaba por la mente de Demetrio. Y justo entonces, cuando su mente regresaba solamente al placer y estaba rayando en alcanzar por fin el tan anhelado orgasmo, él se movió de su lugar. Sin embargo, por fin sentirlo dentro fue algo más que exquisito para ella.

Su cuerpo tembló al recibirlo, sus manos, sus brazos, sus piernas. Nada de ella estaba preparada para eso y sin embargo, con lo poco que entró no le fue suficiente. Sus piernas lo abrazaron automáticamente y con un movimiento rápido empujó la cadera hacia adelante para poder sentirlo en toda la extensión de la palabra. Un grito subió por su garganta, no de dolor, si no de placer. Su cuerpo se estremeció y por fin, los deleites del orgasmo empezaron a recorrer su cuerpo.

El placer de estarla penetrando era indescriptible, de hecho sus gemidos ayudaban a que el placer fuera mas intenso, poco a poco la atmósfera se lleno de deseo y lujuria y conforme pasaban los segundos ella también caía en ese deseo pues en esos momentos era ella la que había hecho todo el movimiento, y había sido penetrada por completo, algo que se sintió tan bien que no pude pensar por unos segundos y lo único que hice fue empezar a moverme, poco a poco, el vaivén de nuestros sexos comenzó a ser poco a poco mas rápido, mis labios seguían deleitándose con sus pechos, mis manos la recorrían lentamente, entraba y salia de ella como a mi se me antojaba, mi miembro estaba tan duro que quería venirme cuanto antes, pero no quería hacerlo, quería disfrutar, mas y mas.

Por supuesto que el movimiento era delicioso, y me encantaba escucharla gemir como lo estaba haciendo, quería que se viniera como nunca, quería agotarla y que no pensara en nada mas, y al mismo tiempo yo quería hacer lo mismo, el vaivén fue mas rápido cada vez, mi miembro entraba y salia de ella, y estaba volviéndome loco, decidí besarle nuevamente en los labios sin importarme nada, y entonces era momento de acomodarnos mejor, deje de embestirla unos segundos para levantarme del asiento y poder acomodarla mejor, sabia que a las mujeres debíamos tratarlas con cuidado e intentar cambiar de posición ayudaba mucho.

Fue entonces que la voltee igualmente ella permanecería abajo, pero ahora de espaldas disfrutaría de sus glúteos, y podría tocar sus pechos con mayor facilidad, la penetre de nuevo un poco mas fuerte , mientras mi respiración era mas agitada, estaba a punto de explotar pero debía aguantar un poco mas, ambos disfrutaríamos , entonces comencé a embestirla nuevamente con mas fuerza tomándola de la cadera con una mano y con la otra tocando su pecho, la embestí lento al principio y conforme pasaban los minutos comencé a embestirla mas fuerte y mas rápido, era momento de venirme -me vengo Juliett...no puedo ...resistir mas....-en ese momento no estaba pensando en las consecuencias futuras, pero poco importaban en ese momento, quería venirme dentro de ella, quería que ambos llegáramos al clímax al mismo tiempo, aunque claro quizá eso seria imposible, pero quería hacerlo, no podía parar, y seguía embistiéndola, quería escucharla gritar nuevamente, quería escucharla gemir, quería escucharla desearme dentro de ella, todo era mas que glorioso en ese momento.

Sentirlo completamente dentro de ella, moviéndose de una forma deliciosa fue tan intenso y hacía tanto tiempo que no lo sentía, que ligeros espasmos empezaron a recorrerle el cuerpo, su piel empezó a desprender una especie de fulgor extraño, no brillante ni sobre natural, si no con ese aire de veela que corría por su sangre. Su cabello adquirió tonos plateados y un calor irregular viajó por todo su cuerpo. Por eso, Juliett nunca podía fingir un orgasmo.

No supo si realmente Demetrio se había enterado de lo que acababa de pasar o simplemente comenzó a besarla de la nada. Pero no importaba, ella le devolvió el beso con demasiadas ganas, queriendo darle un poco del placer ya recibido. Sus manos volvieron a aferrarse a su espalda y se arqueó lo más posible para que pudiera penetrarla completamente, sus embestidas la hacían seguir gritando, como si no pudiera cansarse de tenerlo dentro.

El cambio de postura la tomó por sorpresa, pero se dejó llevar y cooperó. No era una postura a la que estuviera acostumbrada, principalmente por que su ex pareja prefería tenerla encima y viéndola a los ojos casi todo el tiempo. Pero a Juliett le gustaba esa posición, la hacia sentir más y se evidenció cuando tuvo que dejar caer la mitad de su cuerpo hacia adelante cuando el ritmo de embestidas aumento, para acallar sus gritos de placer. Le encantaba que pudiera tocar sus pechos y recorriera sus glúteos tan abiertamente.

Le encantó escuchar que no podía más, y justo allí, con Demetrio llegando al clímax dentro de ella, otro orgasmo le llegó de pronto. Su cuerpo volvió a vibrar, su cabello brilló nuevamente y Juliett se dejó caer en el sofá extasiada. De pronto se encontraba sumamente cansada…

Lo único que pudo hacer, fue voltearse lo suficiente como para poder besarlo nuevamente.