Tan jodido....

Todo estaba arruinado.
Más que arruinado, estaba jodido.
Yo estaba jodido, mi futuro estaba jodido, la vida estaba jodida.

Y ¿por qué? Simple, mis padres no confiaban lo suficiente en mí como para dejarme decidir mi propio futuro. Digo, al final no puedo culparlos, si que he hecho malas decisiones en todo esto de mi juventud y eso, pero es diferente, no tienen derecho alguno de elegir a la persona que será mi esposa para toda la vida. O al menos lo que nos dure, los tiempos después de todo son difíciles.

Digo, bueno si al menos me hubieran advertido antes del compromiso quizá yo hubiera podido darme a la fuga o algo, vamos, escapar de todo. Pero, como si realmente me conocieran, por primera vez mis padres habían actuado de manera correcta. Habían esperado hasta el ultimo momento para informarme, de manera que no me quedaran movimientos previstos para evitar la situación. Quizá hayan sido ellos, quizá simplemente Alois les dio la idea.

Hablando del cual… ¿por qué no lo comprometían a él? Después de todo, es el favorito ¿no? Quizá sea eso, que por ser el favorito si puede decidir de quien va a estar enamorado… Carraspeo por lo bajo, doy vuelta a la derecha en la esquina y finalmente me dirijo hasta el lugar en que siempre nos vemos. Alejados de todo el mundo, preferible que todo esto sea en secreto, especialmente ahora. El negocio le pertenece indirectamente a mi abuelo, de hecho fue él quien me sugirió utilizarlo para mis citas clandestinas desde la primera vez que me pregunto si ya había estado con una mujer.

Ella, por supuesto, tiene su propia llave, aunque quizá hoy deba pedírsela de regreso…

Subo las escaleras posteriores de la tienda, saludando apenas al viejo dependiente y entro al pequeño departamento. Todo esta en su lugar gracias al elfo doméstico, así que puedo percibir su aroma en el aire apenas entrar por la puerta.

- Kali, nena… tengo malas noticias – la peor forma de comenzar una platica con tu chica, sin embargo, al mal paso darle prisa ¿o no?

No sabia que esperar, es decir no era muy propio de honey hablarme tan repentinamente, es decir, ni siquiera sabia el motivo de la reunión pues su carta solo decía 4 frases. “Nuestro secreto Ahora” Alphonse , es decir algo como eso no puede significar algo bueno ¿cierto? En fin solo esperaba que fuera una falsa alarma o tuviera ganas de una paja tanto que tenia que hablarme con esa urgencia por supuesto, eso debía ser.

Entre como siempre sin saludar a nadie, metí mi llave abrí, me recosté en la cama, leyendo una revista que había comprado hacia unos minutos, justo antes de subir al apartamento, sabia que el no había llegado, lo sabia ¿Por qué? Bueno su aroma no estaba impregnando la habitación como de costumbre y vaya que olía tan bien, que no podía sacármelo de la cabeza.

Había preparado un buen armamento para esa mañana, es decir aquel corsette que le fascinaba, el ligero, las medias, aquella tanga de encaje que según el me hacia ver mejor que a una diosa, por supuesto todo bien guardado en aquel uniforme horrible de escuela, pero vamos que era lo que le gustaba y me gustaba complacerle.

Por fin llego y ¿vaya que van siendo sus palabras? Pero vaya, que las cosas no podían ir mal, no para mi, por supuesto que no , le sonreí seguro es una broma o no – Vamos honey primero un beso ¿o no?- dije recorriendo mis labios con mi lengua en manera sensual, para después tomarlo del rostro suavemente y besarlo en un beso francés que por supuesto eran una delicia, no por que lo dijera yo, si no por que él mismo (y muchos otros) lo habían confirmado, después de ese beso que me dijera lo que quisiera .-Bien sueltalo –

No tardo nada en aparecer frente a mi, con esa apariencia como de estudiante inocente que tan loco me volvía, tuve una urgencia de ir a quitarle esa ropa y ver lo que tenía preparado para mi debajo, pero las cosas importantes primero… aunque ahora no parecían realmente tan importantes…

Sonreí ante su queja, era verdad, me estaba portando como un patán completo y, si, bueno, lo era, pero no con ella y definitivamente no en ese departamento. Así que se dejo besar y hasta la atrajo más hacia él cuando pego su cuerpo al suyo. Disfrutando ese par de labios carnosos y viendo esos ojos azules que tanto le gustaban.

- Te vas a enojar, en especial después de ese beso – le respondí haciendo una mueca, sus besos me volvían loco y no podía evitarlo – Te tengo una muy mala noticia, pero será mejor que nos sentemos, ya sabes… y te agradecería que no fueras a saltarme encima como si todo esto fuera mi culpa, por que no lo es y quiero que ese punto quede bien claro – la guie hasta el sofá de la sala, donde nos habíamos desvivido muchas veces el uno por el otro y donde solíamos estar desnudos la mayor parte del tiempo. ¿Sería malo si nos desnudaramos ahora? Claro, si lo sería… - Mira nena… yo… bueno, yo no, mis padres. Tienen esta idea horrible respecto a que deben establecer lazos con ciertas familias y… bueno… he hablado con Madre por la mañana y dijo que… bueno, que mi boda se efectuará en un par de semanas… –

Listo, bomba al aire, ahora solo quedaba esperar.

Por supuesto que disfrute cada segundo en que lo besaba, por muy loco que pareciera yo estaba enamorada de ese hombre, estaba enamorada muy enamorada super loca, por lo cual no podría enfadarme con el no por nada…¿verdad? – no creo que pueda enojarme contigo mi cielo…aunque…bueno habría un par de razones…-y me quede en silencio para que siguiera hablando.

Conforme iba hablando y lo veía titubear, algo me decía que no estaba nada bien, y nada bueno iba a salir de sus labios si me pedía que debíamos sentarnos ¿acaso pensaba romper conmigo? Yo esperaba que no por que entonces podría irle muy mal…bueno quizás a el no pero si a la zorra que lo acosara, ya estaba alarmándome sin antes saber que me iba a terminar de decir, solamente lo seguí, me senté e intente relajarme, en cuanto dijo lo de sus padres  pensé que quizá , solo quizá podríamos arreglar las cosas, pero después de lo de las familias y esas mugres y después de lo que me dijo, mi corazón sintió un pinchazo, así como si me lo arrancaran en ese instante.

-¿perdón que dijiste? Creo que te escuche decir TU boda….-me puse una mano en mi rostro y empecé a pegar con mis dedos suavemente en mi barbilla estaba nerviosa, estaba enojada, quería sacarle los ojos ahí mismo ¿Por qué permitía eso? ¿Qué acaso no es un hombre y tiene pene entre esas dos piernas y pelotas? Por supuesto que lo tenia, muchas veces lo había probado y lo había comprobado ¿acaso era una broma? Una broma de mal gusto supongo…respire profundamente, me relaje y mire en un punto fijo al suelo apretando mis dientes y mis labios – Dime….que…es una broma….dímelo Alphonse…¡DIMELO AHORA!-voltee mi cabeza para mirarlo completamente, con mis ojos que parecían cuchillos afilados mirándolo esperando que me dijera que solo estaba bromeando y por su bien, y por el bien de los suyos esperaba que si.

Ojalá pudiera creerle, que no iba a enojarse y esas cosas, pero desafortunadamente la conocía demasiado bien. Al menos lo suficiente como para saber que de inicio iba a volverse loca, algo que a la vez odiaba y como que amaba de ella. Claro, que no puedo darme el lujo de decir que la amo, por que en realidad la relación no es tan seria, eso lo aclaramos desde el inicio y por supuesto, yo no voy a cambiar las reglas, mucho menos en este momento.

Y claro, como siempre, termino teniendo razón. Asentí ante la pregunta, sin dejar de mirarla, era sumamente interesante la forma en que a veces lidiaba con sus emociones. Si, era una de esas razones por las que estaba con ella, por la que siempre había estado con ella, por que no podía predecirla, sin importar cuanto me esforzara, a veces Kali Rosenberg terminaba haciendo algo totalmente diferente a lo que tenía pensado. Ojalá hubiera sido esta una de esas ocasiones, pero desgraciadamente hoy no era una de ellas.

- No es una broma, Kali, pero vuelvo a repetirte que no es mi decisión y nunca lo ha sido. Es algo, como de herencia, aunque sinceramente yo siempre esperé que el ‘comprometido’ iba a ser Alois, ya sabes que es el favorito. Pero, aquí estoy, prueba irrefutable de que la vida es injusta… – si iba a explotar y a gritarme, que lo hiciera, de todas formas eso no cambiaría nada – Lo que si puedo asegurarte es que no deseo hacerlo, pero los deberes son deberes, y sabes que siempre los cumplo –

Así como había prometido protegerla todo lo que pudiera, respetarla y quererla. Y claro, la palabra de un Hiedler siempre pesa demasiado.

Estaba realmente hecha un harapo de emociones, quería llorar, quería gritar, quería estrangularle conforme iba diciendo aquellas palabras, mi odio y el dolor me laceraba el corazón ¿Cuál ganaría? Aun no sabia pero era cierto, me había fijado en el por eso , por que a pesar de todo lo que era, era responsable y conocía muy bien el sentimiento de querer tener contentos a los padres…las obligaciones en la familia eran primero o al menos eso me había dicho el muchas veces.

No podía creer en lo que sentía, y no podía creer que terminaría así, tal cual como empezó, no iba a dejar que me viera a los ojos ¿cierto?, tenia ganas de arrancármelos antes de que las lagrimas corrieran por ellos, pero no lloraría, no delante de él y no en ese momento, por que todo lo nuestro era sin compromisos ¿cierto? Sin sentimientos ¿verdad?

Respire hondamente si esta iba a ser la última vez que nos veríamos ¿Por qué no disfrutarlo? Es decir algo así como su despedida de soltero solo le sonreí como pude no iba a demostrarle debilidad, no iba a demostrarle que en verdad todo lo que me había dicho me estaba desgarrando por dentro, por que a pesar de todo y de decir que todo era pasajero  yo lo amaba, y quería que estuviera bien y a como me lo decía era una decisión de sus padres así que el no tenia la culpa ¿cierto?

Lo mire de nuevo directamente a los ojos - ¿podemos disfrutar nuestro ultimo encuentro? –lo dije en voz baja y después mire al suelo, estaba apenada, sentía que el me rechazaría, quería sentir su piel junto a la mía por ultima vez , sabia que hiciera lo que hiciera el no me escogería por sobre su familia , aunque tenia mucha curiosidad por saber quien era la chica, y quizá me atrevería a preguntárselo pero, esperaría el momento adecuado, ya que después de decirle que lo hiciera conmigo no me parecía un momento apropiado.

No voy a mentir, la miré totalmente sorprendido. Y es que no era normal en Kali ese tipo de reacciones ante algo que ella no pudiera controlar, al menos no del todo. Una media sonrisa se dibujo en mis labios, me alegraba que entendiera el asunto y que, después de todo, quisiera una especie de despedida. Si bien el compromiso no era mi ideal, siempre había respetado todo lo que tuviera que ver con la familia, así que este caso no sería diferente en lo absoluto y era demasiado importante para mi que ella lo entendiera.

La tome entonces por la cintura con la mano izquierda, agradeciendo enormemente que no hiciera el tipo de preguntas incómodas que quieren hacer todas las parejas sexuales. Como cual era el nombre de mi prometida o si realmente nunca había sentido nada por ellas… Mientras mi mano derecha viajaba directamente hacia su nuca y la parte posterior de su cuello, para atraer nuevamente sus labios hasta los mios, para dejarle en claro que, en ese preciso momento, con quien deseaba estar era con ella.

La prometida no podía importar menos, quien realmente ocupaba toda mi mente era Kali Rosenberg.

Sus labios me supieron cada vez más exquisitos, mis manos entonces empezaron a recorrer su espalda, apartando al tiempo su cabello largo, esa melena que a veces me volvía loco. La besaba entre tierno y desesperado, jamás me había sucedido tener tantas ganas de alguien, quizá solo se debía a que sabía que esta sería la ultima vez. Como fuera, no quería separar nuestros labios, ni si quiera para decirle nada…

Si lo mataba ahí mismo y después me aventaba por la ventana ¿seria una buena forma de terminar nuestra relación? No podía pensar de otra manera, el era casi toda mi vida, y realmente le necesitaba, era la única persona que sabia que me comprendía, era la única persona a la que le tenía un gran aprecio y confianza ¿Cómo podría llevar una relación así con algún otro hombre? Quizá lo único que me quedaba era intentar llevarme un poco mejor con Alois, e intentar pensar que era Alphonse, aunque en mi corazón yo sabría que eso era una vil mentira.

Tenia muchos planes locos para sacar a Alphonse del embrollo, como asesinar a su prometida, fingir que fue un accidente y quemar su cuerpo para que nadie lo reconociera, o quizá simplemente acabar con sus padres a quienes debería de odiar en primer lugar por siempre preferir a Alois por encima de el, o quizá bien podría proponerle fugarnos a alguien lado en donde nadie nos conociera, no quería pensar en nada de eso pero no podía evitarlo, pero entonces aquel beso fue lo único que necesitaba para despejar mi cabeza , sentir sus manos recorriendo mi cuerpo de nuevo era algo que jamás olvidaría y que no quería hacerlo.

Me deje llevar por mis deseos en ese momento recorriendo también su cuerpo con mis manos, mi piel se erizaba cada que daba una caricia ¿acaso abría alguien que lo amara tanto? No seria buen momento para decírselo ¿cierto? Y además no podría, pues mis labios y los suyos parecían uno solo y así quería quedarme un tiempo, lo besaba saboreando su lengua con la mía , saboreando sus labios; mis manos se aferraban con fuerza a él, esperando que me dijera que jamás me soltaría, esperando que me dijera que me escogería a mi por sobre todas las cosas…algo que quizá jamás pasaría, pero no me importaba, pues ese día seriamos uno solo nuevamente  y lo recordaría así, siendo mió, pero no pude resistir , y termine por arrojarlo al asiento en donde estábamos, para ponerme encima suyo como le gustaba, sin dejar sus labios ni un momento.

Y allí estaba, con ese ímpetu que tanto me hacía desearla, ese mismo que me había mantenido a su lado durante todo ese tiempo. Si, ella pudo haber sido la mujer de mi vida y seguramente habría llegado a amarla tanto o más de lo que me creo capas, sin embargo habíamos puesto un muro desde el inicio, limitantes para esa relación que teníamos.

Mi cuerpo vibra con cada caricia de sus manos, las mías la recorren incansables. Su aroma me inunda, como siempre y aunque sé que será la ultima vez, deseo disfrutarla por completo. Dejo mi mente lo más en blanco que puedo, para disfrutar las sensaciones por completo, sigo besándola apasionadamente, como solo yo sé hacerlo. Incluso en algún momento me permito morder su labio inferior.

Cuando ella se coloca encima, la tomo por la cintura para ayudarla con ese movimiento de caderas que me vuelve algo más que loco. Luego, poco a poco voy levantando su blusa para dejar al descubierto su blanca piel, ese sujetador negro que tanto me gusta y que le regalé hace algún tiempo para usarlo exclusivamente conmigo. Mis manos siguen subiendo hasta hacerse con el control de sus pechos, tocando como le gusta y donde le gusta.

- Te deseo tanto… – digo entre beso y beso, apenas con un jadeo.

Los besos y las caricias eran solo un primer paso para la excitacion , por supuesto que ese hombre siempre me volvía loca, y mas ahora que sabia que quizá esa seria la ultima vez en tenerle ¿por que las cosas resultaban así? ¿por que el debía volverse un buen hombre y comprometerse y solo aceptarlo? Ni siquiera lo sabia , a veces me arrepentía de haberle dicho que solo seriamos compañeros sexuales.

No pensare mas en aquello al contrario disfrutare aquel acto y lo haré disfrutar tanto que deseara no dejarme jamas, es decir, haré que tenga tantos orgasmos que ninguna mujer podrá complacerlo como yo, eso lo aseguraba, no por nada llevaba años de practica, que gracias a el me había vuelto muy buena.

Conforme levanta mi blusa, el deseo se vuelve mas intenso, sigo besándolo mientras mi parte femenina frota con su masculinidad, por supuesto eso solo es parte del juego, comienzo a besar sus mejillas, su cuellos y empiezo a desabrochar su camisa uno a uno los botones con mis labios me he vuelto muy buena en ello y poco a poco dejo al descubierto su hermoso pecho, acariciando con mi lengua lentamente, provocando el deseo en el.

-y yo a ti - dije casi en un susurro,por supuesto que sus palabras me encantan, y debo dejar que me desee mas, pues eso es parte del juego, recorro con mis manos su pecho, sus pezones ahora están firmes y me aprovecho para besarles, lamerlos sentirlos, entonces vuelvo a sus labios, esperando el haga el próximo movimiento del juego.