Compromisos ventilados

[Harleen, 19 años, Auror]


La gente piensa que ser hija de un criador y una organizadora de bodas no es ni espectacular ni importante en ningún sentido. Y puede que al momento de socializar no lo sea pero cuando en terreno de bodas se habla mi madre figura en los primeros sitios de las listas pendientes.
Helen Hoppelblant puede resultar un nombre cualquiera si aún no te vas a casar, pero resulta ser la mejor organizadora de bodas en este lado del mundo y eso ya me da en que pensar cuando me relaciona en sus negocios. Aunque por desgracia esta vez ha sido un lio que no me esperaba, tras terminar de convencer a un escritor de la revista “Golden Bride” de que me deje en paz, logro refugiarme en Madame Tudipie, es horrible no poder estar ni siquiera enojada como una chica normal.

Mamá y papá me acaban de informar que estoy oficialmente comprometida, supuestamente el sábado me dirán con quien y se celebrara el compromiso. Sé que no debo preocuparme porque escogieron a alguien de buena familia pero… Es tan odioso que controlen mi vida hasta ese punto. He entregado lo mejor de mí para ser la hija ideal y que no tuvieran ánimos de controlarlo todo, que confiasen en mi buen juicio para el siguiente paso que me olvide que pudieron tomarlo del modo en que no me importaría.

Aunque puede que mi enojo se deba a que mamá decidió ventilarlo en una revista cotilla, que organizaría mi boda pronto y ahora todos quieren saber con quién me caso… Como si lo supiera. Por fin, sentada con un café en manos puedo relajarme un minuto y pensar en ello. No me molesta, si es alguien astuto, atractivo, que no sea solo un pelele más, sé que papá no escogería a cualquiera por lo que no debería preocuparme pero…. ¿Y si no le quiero? ¿Y si es alguien que me cae mal?

Suspiro echando fuera todas mis dudas.
Si no me gusta o me cae gordo solo lo rechazare y ya, no me pueden obligar y tengo derecho a elegir a mi persona menos odiada de entre los candidatos ¿no?
La mesera me trae una revista con una sonrisa, la foto de mamá esta en portada y debajo una foto mía. Por mi mala cara la chica no se atreve a pedir nada la deja y se va. Leo el artículo por curiosidad.

“Por fin una boda que me hace querer que la mía quede como una fiesta de muggles”
Al menos una de las dos está emocionada.

[Selene - 17 años]

Los EXTASIS la estaban volviendo loca. No literalmente, claro, por que siempre había sido una persona capas de controlar cada una de sus emociones, sin embargo si en sentido figurativo. Vamos, tampoco era que le estresara el examen como tal… ella era la persona más preparada para cualquier tipo de prueba… pero, justo era eso lo que la mantenía enervada. Debido a que era la mejor alumna de todo el colegio, todos sus compañeros consideraban que podía ayudarlos a estudiar aunque fuera solo un poco para tal o cual examen…

Eso sin contar con los alumnos de quinto, que también requerían asesorías para sus TIMOs… De hecho, justamente en eso estaba, en una asesoría para los chicos de quinto año, todos reunidos en Fluorish & Blotts, donde la rubia estaba diciéndoles que libro les convenía estudiar y que de ser posible lo compraran YA, cuando de pronto una cosa le llamó su atención. Era una revista, una de sus compañeras de casa más jóvenes la tenía en las manos y hablaba animadamente con una ravenclaw claramente de la edad de Selene. De inicio trato de no prestar atención, al menos hasta que el apellido Hoppelblant salió a relucir y entonces si que presto atención a la portada… Era una foto de Harleen y su madre.

- Te dije que estaba comprometida, es increíble que no lo supieras… y eso que tu la conocías más que yo – le decía la slytherin a la ravenclaw – No, bueno, si, pero iba en tu casa, es más lógico que tu te enteres de esas cosas… ¿dice el artículo quien es su futuro esposo? –

Claro que Selene no entendió nada de nada, hasta que se les acercó, presa de la curiosidad verdadera y les arrebató la revista de las manos. Un gesto demasiado agresivo, si, pero irrelevante considerando su estado de ánimo en ese momento. Leyó la revista por encima, un par de tonterías y chismesillos… hasta que entendió de que iba todo… Harleen Hoppelblant iba a casarse… a casarse… pronto… y no se lo había dicho…

Volteo a ver a sus interlocutoras, les sonrió de manera sumamente hipócrita y les devolvió la revista, alegando que solo quería saber si su amiga había dado declaraciones y que ella misma les avisaría quien era el prometido cuando la futura esposa estuviera lista, pues ella era su MEJOR AMIGA. Se despidió de los chicos de quinto, demasiado alterada como para seguir fingiéndose paciente y se encaminó a la oficina postal, tenía un par de cartas que envíar urgentemente. La primera era para Bryan, a quien no había podido ver justo ese día por que tenía trabajo… la segunda era para Harleen, pidiéndole explicaciones sobre el asunto…

Tan pronto salió de dicho lugar, vio una melena igualita a la de su amiga, pero, no podía ser ¿o si? Se encaminó detrás de ella hasta que entró en Madam Tudipie… un lugar horrible que pensó jamás volvería a pisar, pero lo hizo…

- ¿Harleen? – preguntó a las espaldas de la chica, que curiosamente también tenia un ejemplar de la revista en las manos – ¿Es cierto lo que dice? ¿Vas a casarte? ¡¿Cuándo ibas a decirme?! –

Sin esperar invitación si quiera, se sentó a la misma mesa y la miro con la curiosidad en el rostro.

Gire la cabeza ante la mención de mi nombre, sonreí sin ganas tras la serie de preguntas. No le había dicho a nadie, de hecho habría querido saber quién era mi futuro esposo antes de siquiera compartir la noticia.
Venga, no hagas de ello una fiesta tú también, no es la noticia del siglo
Dije en tono apagado cerrando la revista y viendo la sonrisa de mi madre de nuevo, a este paso todos a quienes conozco ya lo deben saber no debería preocuparme.

Te iba a invitar a casa más tarde a ver si tu lograbas sonsacarle el nombre del susodicho a mamá
Y era cierto, solo quería un minuto para asimilarlo pero me venía enterando incluso después que la editorial en mis manos, le dí un sorbo al café y guarde silencio un minuto, la lista en mi mente crecía y crecía con todos los posibles prospectos, desde los que conozco de cerca hasta a los que trate ya sea por trabajo o por el colegio. Podía ser interminable pero era mejor pensar con Selene ahí.

Dime que conoces a quien sea que se le ocurriría pedir mi mano
Bromeaba con cierto matiz en la voz, debería mostrarse feliz, a todas les llegaba el momento solo que la castaña esperaba al menos una charla amena durante la cena. No el anuncio en una revista.

Si bien Selene no era la persona más sensible del mundo ni la más empática, si tenía muy en claro cuando a Harleen le molestaba algo. Casi le pasaba lo mismo con Aelene, Aeryn e incluso a veces con Odille, que eran las mujeres más importantes en su vida y no le gustaba cuando estaban tristes, cabizbajas o deprimidas. La rubia se mordió el labio, ella siempre había pensado que una boda debía ser motivo de alegría, vamos que incluso fantaseaba a veces con la suya propia, sin embargo por lo que podía notar, a su amiga castaña no le causaba ni pizca de alegría.

- Lo siento – le dijo en tono arrepentido, no quería causarle más preocupaciones ni tener una actitud como para que ambas discutieran – ¿A qué te refieres con ‘sonsacarle el nombre’? – preguntó curiosa, y es que verdaderamente no estaba entendiendo nada, era que Harleen misma ¿no sabía con quien iba a casarse? Por favor, tonterías…

Luego vino lo siguiente y Selene se mordió el labio, incapaz de pensar en otra cosa, osea ¿cómo? Abrio y cerro un par de veces los ojos, sin poder articular palabra.

- ¿Pedir tu mano? Bueno, seguramente todos los compañeros de tu curso, menos Bryan claro esta, por que él está conmigo… pero de allí en más, tonto el que no haya pedido tu mano en matrimonio – sonrió, como para animarla – Pero, pues de que la pidieran a que se la hayan dado… eso si es diferente… ¿quieres explicarme que sucede? Si no quieres, tampoco hablamos de eso, no pasa nada, yo espero –

Y guardó silencio, a veces eso era lo que se necesitaba y la rubia había tenido que aprenderlo por la fuerza.

No te disculpes, es solo que este asunto me tiene un poco a la defensiva

Bueno tampoco es que la noticia me sorprendiera, ya sabía que algún día terminaría comprometida con alguien que sirviera de algún modo a mi familia, solo tenía la tonta esperanza de que al menos se me permitiese escoger al tipo en cuestión. Por suerte Selene logro sacarme una sonrisa e imagine a los chicos de mi generación amontonados en casa volviendo loco a papá eso habría sido divertido.

No sé quién es, obviamente alguien de nuestro circulo y todo eso pero, quien, no lo sé, mamá ha terminado soltando la noticia en esta bendita revista antes de que charláramos al respecto, es algo incómodo pero así decidieron manejarlo
Me encojo de hombros restando importancia al asunto. La verdad creo que el hombre es un poco lo de menos, bueno sí que me tiene de un hilo el querer saber su nombre por lo menos y así averiguar si le conozco de algo. Seria todo menos enigmático.

Conoces a papá es bastante especial con mis amistades incluso así que supongo que no será nadie que ronde una clase debajo de la nuestra, lo que me tiene hecha un manojo de pensares es ¿Lo conozco? Si es así le dejare un bonito recuerdo por no avisarme, aunque si me cae mal lo rechazare al instante, tampoco pienso aceptar a cualquier pesado
Le guiño cómplice, no estoy triste solo molesta y ya bastante tengo con mi empleo como para lidiar con esto, seguro no paran con ello en la oficina mañana.

La joven rubia asintió, entendía… Bueno, no, medio entendía el asunto, por que claro, a ella jamás la comprometerían de nuevo, no después de que su compromiso con Alexandre se cancelara y esa era una promesa que le habían hecho sus abuelos, así que les creía completamente. Sin embargo, trato de ponerse en los zapatos de la rumana, que ya era una joven funcional ante la sociedad, independiente en casi todos los sentidos y sobre todo, hermosa y capaz.

No entendía los motivos reales que podían llegar a tener los padres como para comprometer a los hijos, pero por más serios que llegaran a ser, ella estaba totalmente segura de que eran tonterías, pavadas por así decirlo… Como fuera, al menos le alegró haberla hecho reír, aunque fuera un poco.

- Ya veo, pues, estoy casi completamente segura de que será alguien digno de ti, quizá no conozca a tus padres de bien a bien, pero si sé que jamás pensarían en comprometer a su única hija con un patán cualquiera… Además, si no te convence como pareja, te prometo que le aplicamos una maldición imperdonable para rechazar el compromiso y que tu familia no se enoje contigo… o lo aventamos a una zanja… o te conseguimos una identidad falsa fuera del país, pero no te obligarán a hacer algo que no quieras – estaba tratando de animarla, por supuesto, solo esperaba estar lográndolo – ¿Cambiaría algo si lo conoces? Solo pregunto, si quieres nos ponemos a hacer una lista con posibles candidatos –

Empezó a sacar su pluma y pergamino, luego se acercó la meserita y pidió un café negro. Necesitaba concentrarse y sobre todo, despejarse de sus demás preocupaciones.

Sonreí sin pensarlo demasiado. Existían pocas cosas que podría tener que me hicieran sentir realmente bien conmigo misma. Mi capacidad para lograr lo que me propongo es una de esas cosas pero.... Las amistades como la de Selene era por demás una bendición entre lo que no había pedido y obtuve. Estire mi mano presionando la suya con toda la gratitud silenciosa que podía dar en ese momento.

El sábado me lo revelaran y será el compromiso, así que ve alistando un lindo vestido e informa a Carter... Sería un gran apoyo tenerte ahí
Alguien podría confundir mi pequeña frase como si tuviera miedo pero no lo tengo. No a la boda por lo menos, si no al tener que dar mi vida ante un hombre cualquiera... Aunque sea de mi clase o no, importante o no si a mi corazón no le daba un solo hálito de vida ¿Qué sentido tenia compartir la mía con él? Ninguna. Por suerte contaba con personas que me querían. En el mejor de los casos simplemente tengo que seleccionar otro candidato, en el peor terminaré fuera del país con un nombre distinto.

No te he preguntado ¿Qué haces aquí? Pensaba que estarías dándole guerra a los libros con los TIMOs a la vuelta del día
O paseando sin parar con ese príncipe suyo tan encantador como un cubo de hielo. Realmente su novio y yo no nos llevábamos bien pero la hace feliz, se nota a gusto al lado de ese hombre y si es lo que ella quiere no veo problema en tolerarlo y molestarlo lo menos posible. Termino mi café y pienso en la suerte que ella tiene. Ojala mi compromiso sufriera lo mismo que el de ella y mis padres me otorgaran la libertad de elección. Pero esa clase de suerte solo sucede una vez y por lo menos me alegra que fuese Selene la afortunada. No la veo lejos de Cárter ahora mismo.

Deberíamos ir de compras también... Si no te molesta un poco de acoso claro

Asintió enérgicamente, claro que estaría allí para ella, en todo lo que necesitara. Incluso le pediría ayuda a Bryan para practicar su Imperius y en caso de ser necesario obligar al susodicho prometido a rechazar el compromiso frente a todo el mundo. Quizá eso dejara un poco mal parada a Harleen, pero todo con tal de que no se viera obligada a hacer algo que no la haría feliz. Colocó su mano sobre la de su amiga, sintiéndose feliz de haberla podido encontrar y apoyarla, aunque fuera solo un poco.

- Claro que estaremos allí y no te preocupes, le diré a Bryan que de ser necesario golpee a tu ‘prometido’, ya verás q todo saldrá bien – incluso, para llevar a cabo su plan de sacar a su amiga del país, podía decirle a Carter que bebiera poción multijugos y se hiciera pasar por Svetlana solo el tiempo suficiente para que ambas lograran escapar del susodicho ¿no? Esa imagen la hizo sonreír para sus adentros – ¿Yo? No, bueno… los EXTASIS no suponen ningún tipo de problema para mi, estoy más que preparada, pero ayudar a otros me pone de nervios. Digo, lo he hecho desde siempre, pero pfff… últimamente la gente me parece demasiado… idiota. Es que los extraño mucho a todos ustedes, ya sabes… los únicos q se salvan son Barth, Damien y Elías, que son demasiado antisociales como para ayudarme con las asesorías… así que ya ves… Y, bueno, estaba dando la vuelta con otros estudiantes, pero me escapé en cuanto te vi pasar por la calle

No iba a decirle que la iba persiguiendo para sacarle toda la información de su reciente compromiso, por q eso sería sumamente grosero de su parte. Pero si tendría que ingeniárselas para recuperar esa carta que ya le había enviado… Demonios! Bueno, pensaría en eso un poco más tarde, quizá al final la castaña no lo tomaría tan mal.

- Tus acosos jamás me han molestado ¿A dónde quieres ir? Mi padre paga todo, está en su fase ‘sé que todo lo malo que hay en tu vida es por mi culpa, toma dinero’, así que yo estoy dispuesta a aprovecharme de eso –

Y es que su vida familiar no era fácil últimamente, pero al menos iba mejorando un poco.